100 Millas a bordo del Advanced Yachts A80

Son casi las tres de la tarde cuando llegamos a Puerto Canto, estamos por hacer una prueba de larga distancia con un maxi yate muy reciente de Advanded Yachts, el A 80 un barco que estábamos interesados ​​en probar seriamente.

Con el calor, los equipos fotogràficos y las bolsas en el hombro caminamos en un paisaje desolado hecho de stand desiertos en fase de desmonte, muy diferente de lo que el día antes animaba il Cannes Yachting Festival, donde la multitud llenaba todo lo que los ojos podían ver. El APSARAS está amarrado en la entrada del puerto, pero aún no lo vemos, oculto por varios sùperyates amarrados aquí para la exibiciòn.

Doblamos en la última curva de la presa y vemos el Apsarás. Visto a distancia no parece enorme, al igual que todos los barcos bien diseñados y proporcionados prefierenrepresentar el refinamiento de las líneas en lugar de aparecer exagerada.

Sin embargo, es largo 24 metros y más de 6 de ancho.

Por otro lado las manos de Reichel-Pugh combinadas con las de Nauta Yachts sólo pueden producir obras maestras como la que aparece ante nuestros ojos, nos llena la mirada sin ser excesivo, en síntesis es hermoso.

Claro, ha sido comprado por un par de armadores de Hong Kong y los adhesivos con el cual lo personalizaron no son el màximo, pero a el no le importa, muestra su clase como sólo un caballero puede hacer, sin importa lo que llevas puesto …

No le importan tampoco las distancias a el Apsaras, tiene en su haber más de 12.000 millas y dos travesìas del Atlántico, todo en poco más de nueve meses, pero no hay ninguna señal de desgaste y en ningùn lugar.

Llegamos a bordo y encontramos esperandonos dos personajes de los cuales ya conocemos los nombres, un conocido equipo del mundo de los grandes yates, aún más entre los Maxi a vela donde la habilidad no puede estar cierto oculta.

Damos vuelta a la última curva de la presa sovraflutto y vemos la Apsarás. Visto desde una distancia no parece enorme, al igual que todos los barcos bien diseñados y proporcionados prefieren para representar el refinamiento de las líneas en lugar de aparecer exagerada.

Estamos hablando de Fabio Beccatini y Cristian Marani, respectivamente Comandante y Segundo del Apsaras, el maxi con el cual estamos por hacer ruta hacia Génova, para realizar una prueba severa, las 100 millas a bordo, una dura prueba, nuestro formato favorito .

El Advanced A80 està amarrado al Inglés, esta mañana hizo una prueba de mar con algunos clientes y, a su regreso, lo obligaròn a atracar entre dos dientes de la presa, no hay más de 40 centímetros de espacio, tanto en popa que a proa, este yate debe maniobrar, muy bien …

Estamos retrasados ​​con la hoja de ruta, pero Fabio resuelve en un segundo la situación «tirandose» con un chigre sobre una trapa en la popa, mientras que Cristian se ocupa de la proa desde la tierra, hago solo en tiempo a girar la mirada que estamos fuera deòl problema y el con un saltó de gimnasta está a bordo.

Saliendo del puerto, izamos la vela mayor, enorme, y nos ponemos en camino, sin viento, en un mar plano y vítreo.

El Yanmar de 230 caballos gira en velocidad de crucero económico a 2.400 rpm al 75% de su máximo, a esta velocidad consume alrededor de 16-17 l/ h, lo cual es muy poco para un barco de este tamaño que pesa màs o menos 40 toneladas, estamos deslizandonos a màs de 10 nudos y la popa no arrastra nada.

Con un tanque de combustible de 2.000 litros significa tener una autonomìa casi infinita, tenemos el depósito lleno, mientras que el del agua está al 30%, con el desalinizador a bordo no es necesario llevar tanto peso, lo que significa aproximadamente 2,5 toneladas entre líquidos, despensa y tripulación.

Ahora que estamos en ruta y las maniobras han terminado, nos relajamos y nos mantenemos en silencio para contemplar una de las cubiertas más limpias que se hayan de ver. La bañera es infinita, es una extensión lineal de teca interrumpida solamente por un escalòn que idealmente separa el espacio para las maniobras de la relajación.

Los dos timones recojen, al alcanze de las manos, los instrumentos, Apsarás está equipado con equipos de Raymarine, nos encontramos en los más altos niveles de tecnología, el apoyo para el grande chigre dedicado al torno escota incluye una gran pantalla multifuncional que queda bien a la vista, de los dos lados. Excelente los maxi, colocados en el màstil son muy visibles, indispensables en este barco que tiene una E de casi 11 metros …

Los dos chigres dedicados al jib estan exactamente donde deben estar, cómodos pero lejos de la zona de relajación, el estudio de esta cubierta fue hecha por un artista de la organización y comodidad, dotes que nunca damos por descontado.

Durante tres horas «navegamos a motor», pero por así decirlo, porque el ruido del motor no se siente para nada. Hay más de dos nudos de viento y tenemos muchas millas por recorrer, a pesar de la velocidad de crucero de 10/11 nudos a la que nos dirigimos.

Por la mañana, nos cuenta Cristian, durante las pruebas de mar había poco viento, 4/5 nudos de real, pero este maxi hacìa por lo menos 6, dice el, pero tenemos que verificarlo, queremos verlo con nuestros ojos, tocar con mano, apoyándolas en estos dos ruedas de carbono, sintiendo lo que transmite este barco.

Luego, poco a poco, se lee la intensidad del aumento real, proviene del jardín, 5/6 nudos de NE poco convencido, que sin embargo, colorèa el mar pasando de claro a oscuro. Me vuelvo hacia el comandante que tiene una sonrisa en su rostro, no hay necesidad de hablar, el jib pr

Nos viene dado el timón, apoyo ligeramente mirando el Windex, estamos en el campo, pero el ya cogiò el paso, la velocidad aumenta y con ella el viento aparente, miro hacia abajo y el controlo la maxi pantalla, estamos a 7,6 a 22 ° de aparente! apoyo otra vez, y otra vez, porque cada vez que apoyo el viento aparente aumenta y con el la velocidad.

El juego de la carrera con el viento, el que vuelve único la vela, poco a poco termina y, a los 30 °del aparente, registramos una velocidad de 8,8 nudos mientras un real de 7.1 nudos nos hace resbalar sobre un mar apenas encrespado. Apsaras se ha apoyado apenas a la línea del casco, me vuelvo para verificar la resistencia al avance, nada, no arrastra nada.

Apoyo y la velocidad sube de nuevo, Fabio y Cristian siguen suave mis apoyos lascando el jib y la vela mayor grande, a 37° estamos a 9,3, bajando la velocidad se mantiene estable hasta 60 ° con el aparente (de hecho estamos casi a favor del viento), apoyo de nuevo y remarca 6,9 nudos a 75 ° del aparente y aproximadamente 125 ° del real, impresionante, mientras que el viento sopla a 7,7 nudos.

El timòn es directo y sensible, transmite todo, sin espacios vacios, mientras nustras piernas reciben señales continuas de este casco excelente. Las posiciones al timón, tanto por encima que in sotavento, son correctas y regrezan una visibilidad adicional, útil para timonear bajo la vela, ya que, a pesar de que es bueno timonear a barlovento, el perfil de salida del jib a nosotros nos gusta verlo desde el timón a sotavento.

Sin embargo, estamos fuera de ruta y Fabio nos llama al orden, el jib desaparece y volvemos a encender el motor, son la siete de la tarde y aún tenemos más de 60 millas por recorrer. Después de unos diez minutos, hasta el viento, tal vez por respeto, se retira y la superficie del mar se vuelve clara. Tenemos una sonrisa de satisfacción en nuestro rostro, un regalo que sólo la vela es capaz de hacer y, sobre el Apsaras, este concepto se amplifica enormemente.

El Commandante es una persona especial, que se ofrece a preparar algo de comer (que aceptamos al vuelo) y así desapareció debajo en cubierta, después de una media hora nos llama y bajamos tambièn nosotros mientras el sol se pone lentamente y el A80 continúa cruzar millas dandonos una comodidad impecable.

Fabio nos sirve «macarrones alcaparras, aceitunas y jengibre»

Todo hacemos un bis, mientras que Cristian y yo hacemos turnos para cuidar la cubierta, un buen vino rojo nos calienta, para la preparación de la nocturna.

Por ahora la luz nos abandonó por completo, la luna aún no se ha levantado y se levanta un soplo de aire desde ONO. Esperàmos que hayan terminado en la cocina, para asì desenrrollar el jib.

El Advanced A80 acelera y escora un poco, reducimos la velocidad del motor, viajamos a más de 12 nudos.

A continuación, el viento nos hace un regalo inesperado, apagamos el motor mientras aumenta la intensidad y gira. Se posiciona a NNO y sube a 8,4 nudos, tenemos un ángulo de 35 ° respecto al aparente y subimos a 10.4!

Todavía tenemos 40 millas que hacer, estamos navegando a vela, el mar está casi en calma y saliò la luna, todo està perfecto.

El viento nos favorece y aumenta, se instala entre 10 y 12 nudos, Advanced A80 se inclina, acelera y se apoya a una nueva lìnea del casco que no se supera màs, entendemos que está hecho para navegar así, mientras que la velocidad toca los 13,4 nudos.

El Apsaras corre y transforma cada ràfaga en velocidad. Es reactivo nunca nervioso. Navega sin problemas mientras se desliza sobre el mar mientras que en la popa, una sutìl lìnea blanca en correspondencia de la línea del casco nos recuerda que estamos literalmente volando sobre el agua.

Incluso en estas condiciones no disminuye la comodidad, la cubierta, asì de limpia, no nos reserva ninguna sorpresa a medida que vamos a proa para disfrutar del espectáculo dejando el timòn en automático el gobierno de la ruta, las correcciones que efectùa son mínimas.

El tiempo pasa rápido, llegamos a ocho millas de Génova y el viento, como si ubieran desactivado un interruptor, cesa por completo. Seguimos las últimas millas que nos separan del Salòn Nàutico de Gènova a motor y a la 1.30 AM entramos en el puerto.

Hacemos un amarre al Inglés al distribuidor y reordenamos, vamos bajo cubierta, en este ambiente que logra fácilmente ser tanto marino como de lujo, nos arrastramos hasta una de las cinco cabinas y nos acostamos.

Con las imágenes de este día todavía grabadas en nuestros ojos, nos dormidos.

Datos tècnicos