Los kiwis ganan la regata 9 de la America’s Cup pero el match point se pospone a mañana debido al viento inestable: para Luna Rossa un día extra podría ser una ventaja para mantener los partidos abiertos
Si la victoria de Nueva Zelanda sólo se pospone, lo sabremos mañana. Lo cierto es que el aplazamiento del décimo encuentro, el decisivo para la conquista de la 36ª edición de la Copa América, puede suponer una pequeña ventaja para Luna Rossa, que ahora tiene un día más para recargar las pilas e intentar aplazar la fiesta al defensor o, por qué no, arrebatarle la botella de champán de las manos.
A pesar de su derrota de hoy en la regata 9, la tripulación italiana demostró una vez más su capacidad para enfrentarse a los actuales campeones, dando vida a un match race muy reñido, el único disputado en esta quinta jornada (la regata 10 se anuló debido al viento errático), perdido únicamente en la penúltima boya, donde el barco italiano sufrió un cambio de brisa, lo que allanó el camino para que Te Rehutai se hiciera con la victoria provisional por 6-3.
La cita está fijada para mañana para el desafío que podría ser el definitivo. Pero con un Luna Rossa así, capaz de caer y levantarse de nuevo, de sufrir y resistir en esta interminable batalla naval contra los poderosos kiwis, cualquier cosa puede pasar.
Y también hoy los kiwis están celebrando mañana….
A diferencia del domingo, cuando el problema era la falta de viento, hoy en el Golfo de Hauraki hay mucho viento (14 nudos) pero sopla inestablemente. La salida se retrasó hasta las 16:45 (hora local), cuando finalmente se inició la novena regata en el campo C.
Luna Rossa y Te Rehutai entran prácticamente en paralelo, dirigiéndose hacia la banda de babor con Nueva Zelanda ligeramente por delante. La salida es una emocionante batalla cuerpo a cuerpo que termina con el adelantamiento del equipo Prada Pirelli y un emocionante cruce cerca de la primera puerta.
Los barcos siempre están muy cerca, separados por unos veinte metros. Nuestros barcos también ganan la segunda puerta, ganando 200 metros de diferencia.
La regata es emocionante y con un viento de 15 nudos, condiciones preferidas por los anfitriones, nuestro equipo lo interpreta de forma excelente resistiendo el escoramiento del defensor que le obliga a apretar en el límite izquierdo, de donde Luna Rossa es capaz de salir sin errores y ampliar su ventaja sobre su rival.
En la última ceñida, las dos tripulaciones cambian de bando y la diferencia se reduce. El Luna Rossa sufre una bajada de viento en el lado izquierdo y frena repentinamente, mientras que el New Zealand aprovecha la corriente favorable en el lado derecho y adelanta a su rival justo antes de la quinta baliza, antes de ganar en maniobra en la última ceñida y cruzar la meta con medio minuto de ventaja sobre un Luna Rossa que aplaude.
El viento vuelve a ser inconstante y el décimo partido se aplaza varias veces hasta el límite de 18: no hay más tiempo, para el match point del que hablaremos mañana.
«Ha sido realmente un dolor -comentó al final de la regata Francesco Bruni, timonel del Team Prada Pirelli emparejado con James Spithill- Seguimos luchando, no nos rendimos. Estamos orgullosos de lo que hacemos. No nos rendimos, desgraciadamente no leímos todos los cambios de viento de la mejor manera. Luchamos y luchamos, lo hicimos muy bien. Spithill tomó grandes decisiones. En mi opinión, fue una carrera maravillosa y no tengo ningún remordimiento ni reproche. Seguiremos siendo agresivos y presionando».
Nueva Zelanda está a un punto, el séptimo. Luna Rossa, estamos seguros, les hará trabajar duro hasta el final.