En el salón náutico de Cannes, Felci Yacht estuvo presente con dos nuevos proyectos Custom realizados para ICE yachts, que construye barcos exclusivos a medida en series muy pequeñas, y con su último proyecto para Dufour Yachts, el nuevo ‘entry level’ del famoso astillero francés que produce barcos en grandes series.
Al parecer, se trata de dos mundos de producción muy diferentes y de dos tipos de clientes muy distintos.
¿Cómo consigue combinar estos dos mundos dentro de un mismo estudio de diseño?
Unir estos dos mundos, estas dos formas de interpretar tanto el diseño como el proyecto en su conjunto, no es ciertamente algo que se pueda improvisar.
Hemos tenido la suerte de tener que relacionarnos con estas dos realidades desde nuestros inicios; siempre hemos tenido que dividir nuestro tiempo entre la fabricación de productos únicos, la comunicación directa con el cliente final y el diseño de barcos, tanto de competición como de crucero, destinados a ser reproducidos en múltiples ejemplares.
¿Cómo se consigue combinar los requisitos técnicos necesarios para realizar un proyecto personalizado hasta el detalle ejecutivo y los de facilidad de producción y transversalidad del producto necesarios para un proyecto destinado a la producción en serie?
Es cierto, los dos tipos de diseño son muy diferentes tanto a nivel conceptual como técnico.
Por un lado, existe la necesidad de crear un objeto único, a medida, cortado a la medida del cliente, respetando las peculiaridades y tradiciones del astillero, y por otro, la necesidad de crear un producto económicamente sostenible, fácil de producir en serie, pero que no carezca de esos valores estéticos y funcionales a los que el mercado ya no puede renunciar.
Para lograr conjugar estas exigencias, que a veces pueden parecer incluso opuestas, se necesita una experiencia muy amplia, que permita dialogar de forma constructiva con los distintos actores implicados, y también la capacidad de sopesar, evaluar y saber llevar a cabo las distintas opciones con equilibrio.
¿Qué relación tiene con las creaciones de Felci Yacht, una vez que sus diseños se hacen realidad?
Tenemos la impresión de que a partir de nuestros diseños generamos lo que en el futuro se convertirá en cierto modo en la vida, el carácter del barco o los barcos que nacerán.
En cierto modo, más allá de todas las peticiones que se nos hacen, nos gusta pensar que somos nosotros los que damos un cierto ADN a un proyecto y, por tanto, a un objeto real.
Evidentemente habrá durante el desarrollo del proyecto las mediaciones necesarias, los equilibrios necesarios ligados al mundo de la producción con el que nos vamos a relacionar, pero ciertamente la capacidad de dialogar con los clientes primero, y luego con los trabajadores es uno de los aspectos más difíciles y más fascinantes de este trabajo.
Estar aquí en Cannes con algunos de sus últimos proyectos, ¿qué tipo de satisfacción le produce?
Ciertamente, los nuevos proyectos que presenta Felci Yacht aquí en Cannes dan sentido a nuestro trabajo, no sólo al del astillero que los construye físicamente.
Me parece claro que los productos de éxito, como esperamos que sean los de Ice Yachts y Dufour, lo son gracias a la experiencia y el compromiso de tantas entidades.
Ciertamente, el diseño, por definición, se lleva a cabo en primer lugar y, por tanto, tiene la tarea específica de trazar las directrices que el resto del proceso debe seguir después.
Esto no significa imponer las propias opciones y la visión personal del producto, sino trabajar con un claro sentido de la responsabilidad de su papel y de lo que, bien gestionado, puede aportar al producto.
Por un lado, existe la necesidad de crear un objeto único, a medida, cortado a la medida del cliente, respetando las peculiaridades y tradiciones del astillero, y por otro, la necesidad de crear un producto económicamente sostenible, fácil de producir en serie, pero que no carezca de esos valores estéticos y funcionales a los que el mercado ya no puede renunciar.