rolla-randa

Tres motivos (màs uno) por los que odio la rollaranda.

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Odio la rollaranda- no tanto la que està en la botavara, me refiero definitivamente a la que està en el màstil- por diferentes razones. La primera, aunque menos importante tiene que ver con la estètica. Lo dice una persona que navega con las defensas reposando en cubierta, es decir, los canon de belleza no me importa. Pero ver izada una bandera que parece una especie de calzoncillo sin forma en vez de una vela mayor en perfecta forma, me ocasiona un poco de dolor.

En realidad el primer motivo verdaderamente importante es la fiabilidad en el mecanismo, en este punto tambièn estoy dispuesto a admitir que generar este tipo de contrariedad juega un papel importante la edad: iniciè el periodismo con màquina de escribir y a navegar cuando se veìa con sospecha al enrollador de foque. Pero aùn considerando la fiabilidad de los mecanismos actuales, la posibilidad de que todo se pueda atascar cuando una buena ráfaga de viento requiera una reducción rápida no se excluye.

El segundo motivo tiene que ver con la forma y superficie de la vela, por rolla-randa1consiguiente el rendimiento. No solo la vela mayor està sin listones (aunque tambièn es cierto que se pueden insertar los verticales) pero el corte es completamente una baluma enterrada y envuelta en el interior del màstil.

En el tercer motivo se posiciona la maniobra, que es necesario cumplirla bien. No es nada transcendental, pero a menudo se oye hablar de las dificultades que enfrentan las tripulaciones convencidos de que el uso de una rollaranda significa simplemente arrastrar y renunciar a dos picos. La tensión adecuada de la baluma y la base, la tensión en el meolo, posición de la botavara (casi obligatorio una trapa rígida) y adhesiòn correcta (a la izquierda si el grátil está a la derecha y viceversa), son las medidas necesarias para una maniobra sin problemas y sin riesgos. En conclusiòn lejos de ser trivial, dudo realmente que la rollaranda sea una comodidad mayor a  un equipo clàsico.

Y ahora llegamos al motivo «adicional». Un màstil que debe tener en su interior el mecanismo de la rollaranda màs la vela mayor alrededor, es màs pesado que uno estàndar. Mayor peso en alto (el resultado es aproximadamente la mitad de la altura de flotaciòn) es màs peso en la quilla para compensar asì la escora generada.

Segùn Bertrand Cheret, autor del libro «Las Velas. Comprender, regular, optimizar», en un barco de 15 metros un màstil pesa cerca de 11 kilos mientras que uno con vela mayor enrrollable puede llegar a los 15 kilos por metro. «Si el màstil tuviese una longitud de 18 metros – se lee en el libro – el peso aumentarìa de 72 kilos, tal masa tendrìa un resultado de 9 o 10 metros de la flotaciòn. Para compensarlo usted debe poner 500 o 600 kilos de lastre a poco más de un metro por debajo de la línea de flotación.

Por supuesto, si el barco sale del astillero con el màstil preparado està, sin duda, previsto de un lastre adecuado. Si hacemos la modificaciòn nosotros, podemos tener problemas de escora, cabeceo y balanceo.

Nico Caponetto

A professional journalist, Nico Caponetto started his career as a newspaper journalist before entering yachting publishing 10 years ago. A sailing instructor, he has been sailing for 35 years. For some years, he has been working as journalist, skipper and instructor alternatively, teaching sailing, delivering boats and providing charter services.

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