En los salones náuticos de septiembre, entre lo chic y lo pragmático, se respira un aire de gran fiesta.
El salón náutico de Cannes termina entre trompetas que marcan el final de la kermés y expositores que dedican un minuto de silencio a este melancólico sonido.
Astilleros grandes y pequeños, locales o no, presentan sus pulidas criaturas: teca revitalizada, acero abrillantado, fibra de vidrio encerada, todos alineados elegantemente amarrados a lo largo de los pantalanes que albergan los stands.
Barcos envueltos en el encanto francés parecen captar la atención de los mecenas y futuros clientes del reluciente mar de la Costa Azul.
El Cannes Yachting Festival es quizás el salón más internacional, sin duda el más glamuroso, para clientes exigentes y fiscalmente seguros que quieren ser los primeros entre los primeros. Un salón que no sólo presenta novedades y cautivadoras innovaciones tecnológicas en el mundo náutico, sino que también ofrece emoción y entretenimiento.
Como cada año, fue la noche del viernes (13 de septiembre) la que ofreció los eventos «must be there» no sólo dentro del salón náutico, en los distintos stands de los astilleros: Finart acogió a un chef napolitano que hizo las delicias de los paladares más exigentes, Pirelli y Prestige con DJs internacionales y ricos buffets, Benetti con una pequeña orquesta de cuerdas y guitarras, en la zona Maxi Rib saxofonistas, cantantes, y mucho más.
Pero también eventos a lo largo de la Croissette con espectáculos del Moulin Rouge, malabaristas y fuegos artificiales. Por supuesto, sigue siendo de bajo perfil en comparación con años anteriores, cuando el espectáculo estaba repleto de actuaciones de artistas famosos, espectáculos de Burlesque, y hechizantes Bailarinas y Danzas Lápidas, pero confiamos en un retorno al antiguo «esplendor» ya en el próximo espectáculo de Cannes 2024… en resumen, ¡»ad Majora»!
Entre los astilleros visitantes del Salón Cannoise, sin embargo, se respiraba un aire de entusiasmo dado por el convencimiento de una tendencia positiva de las ventas y la percepción de pertenecer a un sector industrial proyectado hacia el futuro.
Mientras tanto, Génova abría las puertas de su salón náutico bajo la habitual lluvia de finales de septiembre, presentando la nueva edición de Nautica en Cifre-Log en el marco de la conferencia Boating Economic Forecast, en la que se confirmaron las estimaciones de facturación del mundo náutico previstas a principios de año: «El sector ha superado incluso el umbral de los siete mil millones de euros, un valor nunca antes alcanzado», declaró Saverio Cecchi, Presidente de Confindustria Nautica.
De hecho, la afluencia de público en los primeros días, a pesar de la lluvia, ha sido muy superior a la de otros años, y con toda seguridad se agotarán las entradas ya el domingo, gracias a las favorables previsiones meteorológicas.
El Salón Náutico Internacional de Génova, aunque con algunos adornos glamurosos, sigue pues firmemente anclado en el pragmatismo de los números, poniendo de relieve cómo Italia ocupa el primer puesto mundial entre los países exportadores de embarcaciones de recreo.
