Hablar sobre los salones náuticos alrededor del mundo, significa sobre todo hablar de la presencia de sus protagonistas. En el caso de Nuova Jolly Marine, uno de los fabricantes internacionales más representativos a nivel de semirrígidos y botes neumáticos de lujo, el cuento entrelaza hilos estirados entre diferentes costas.
Hablando de su presencia en Miami, al menos dos orillas físicos son: la tierra de donde salen estos barcos, es decir, Italia, y la otra Estados Unidos, donde no solo han sido exhibidos estos barcos sino que han arraigado su presencia a través de los años. La otra orilla es emocional, y se refiere a la pasión, el deseo de divertirse trabajando, la experiencia técnica y el instinto que en conjunto amalgaman el equipo de Nuova Jolly.
Coincidencias y programas de trabajo nos han llevado a acercarnos a estas tres orillas hasta unirlas en un hermoso y soleado día en Miami Beach, cuando entre las pruebas en mar, charlas de proyectos y análisis del presente, pasamos un día con Teo Aiello, el Manager general de Nova Jolly Marine, y sus colaboradores, Claudio y Alessandro Aiello.
La ocasión se da por la prueba del nuevo Prince 38, construido por el astillero que está a pocos kilómetros de Milán, del cual vamos a hacer un informe detallado en los próximos días. Lo que queremos contarles en estas líneas es sobre todo de la experiencia humana vivida en los márgenes de los aspectos técnicos.
La cita es en Crandon Park Marina en la encantadora isla de Key Biscayne al sur de Miami Beach.
Nosotros de Todoslosbarcos.es llegamos con nuestros equipos para la toma de vídeos y fotos desde la embarcación de apoyo y mientras esperamos a que el Prince 30, que nos servirá como barco de apoyo llegue al puerto, ofrecemos nuestros mejores cumplidos a Teo, Claudio y Alessandro: algunos apretones de manos, la historia de la noche anterior y rápidamente el discurso se dirige hacia los preparativos de la prueba: velocidad que debemos tener, área de navegación (en los alrededores hay medio metro de onda, ningùn problema para el Prince, pero algunos problemas para la estabilidad del fotógrafo), trayectorias a seguir para interceptar los ángulos de luz correctos.
A bordo del Prince 38 se encuentra el dueño, un hombre de negocios que vive en Miami y tiene el barco, como lo hacen aquí, amarrada en frente de su villa. Es uno de los muchos clientes estadounidenses que Nuova Jolly Marine ha adquirido después de la consolidación de su red de ventas en el extranjero.
«Ya hemos establecido una asociación – explica Teo Aiello, mientras preparamos nuestros equipos – con InterMarine, una realidad muy importante en la actualidad que tiene su sede aquí en la Florida» Ha sido una decisión estratégica, que nos permitió, gracias al conocimiento del territorio que tiene el distribuidor local, interpretar mejor la idea de botes neumàticos que se tiene en estas partes».
El barco de apoyo tiene un poco de retraso, así que aprovechamos para salir sin fotógrafo y sin los vínculos impuestos por las exigencias de imàgenes para una prueba libre y revelar los datos en todas las condiciones. El tráfico de salida por las aguas poco profundas que rodean el puerto deportivo es todavía una oportunidad para escuchar de la voz de Teo Aiello, heredero de una tradición que ahora se acerca al medio siglo de vida, la forma en la cual Nuova Jolly ha interpretado la clave American para la realización de su 38 pies.
«Hemos sido muy perceptivos escuchando para realizar un proyecto importante, es decir, tomar las características específicas del mercado local sin distorsionar la calidad y traicionar nuestra filosofía de producción. El Prince 38 mantiene la calidad marina de un casco profundo, adaptado a estos mares, y el alto nivel en los acabados, pero se ajusta de una manera diferente a vivir el barco, con más asientos por ejemplo, como le gusta este público. Pero incluso en este caso, haciendo que la proa sea convertible, por ejemplo, de manera que sea posible transformar rápidamente los asientos en solarium y con espacio para almorzar alrededor de una mesa»
Cuando nos encontramos finalmente en aguas libres, se inicia un diálogo hecho de maniobras. Teo es un director que, obviamente, pasa mucho tiempo en el mar. Pasaje en las olas, regulaciòn del trim, ajuste de la velocidad en los giros, las alineaciones para mantener constantes los efectos de la corriente de viento y mar y recoger datos. La colaboración se convierte en el placer de navegar con un marinero.
Mientras tanto, desde tierra nos avisan que el barco de apoyo ha llegado: es el momento de volver para embarcar al fotógrafo con el drone y salir nuevamente para las imágenes aéreas. Sin renunciar primero a tomar algunas fotos de la cubierta, analizar de cerca los detalles, hablar con el equipo de Nuova Jolly sobre el por que de ciertas opciones.
Al final vamos a traer a casa los datos objetivos obtenidos del rendimiento en el mar, pero también el resultado de los análisis y consideraciones obtenidas quienes producen estos barcos desde hace décadas.
Son los momentos de diversión entre bastidores para quién es el protagonista, donde nadie se sienta excluido de trabajo: desde amarrar el Prince 38 para mover objetos y muebles, las discusiones de la influencia del viento sobre el drone y establecer las zonas de exclusión aérea, hasta a un sorteo para ver quién va a buscar el agua, es un juego de decisiones que tomar, risas y las burlas.
Después de horas en el mar, entradas y salidas, despegues y aterrizajes del drone, la prueba ha terminado, pero no el día con la banda de Nueva Jolly. Salimos nuevamente desde Key Biskayne con el Prince 38 y el Prince 30 que ha sido nuestro barco de apoyo, para acompañar al propietario hasta el amarre en el frente de su casa. Navegamos veloces, sacando más fotos de un barco neumàtico al otro, pasando por debajo de los puentes y desfilando a lo largo de los costados de los buque, para llegar a los canales alrededor de Venetian Island donde se realizarán los saludos finales con el propietario.
Luego fue el momento de regresar hacia el Marina Stadium, donde Nueva Jolly tiene su espacio de exposición para los 5 días del Miami International Boat Show. Las millas que nos separan de la llegada son aun una oportunidad para la diversión, para vivir y sentir el poniendo en comùn el agua y la alegría, pasión y el deseo de probar, todos, una curva màs cerrada, un planeo más rápido, un momento en el cual el trabajo y la diversión se unen en el motivo que genera una sonrisa en la cara de todos.
Amarrado el barco, llega el momento de los saludos. Un apretón de manos con Teo, Claudio y Alessandro envueltos en los ùltimos preparativos para el comienzo del salòn, y nososotros hacia casa para descargar fotos y vídeos. Solo una hora antes de la pròxima, donde entre una cerveza y un pollo frito todavía habrá espacio para hablar de un día en el mar que, afortunadamente, también es parte de nuestro trabajo.