Cuando un astillero lanza un nuevo modelo, si en realidad contiene incluso pequeñas innovaciones, de alguna manera, siempre es un pequeño desafío. La aprobación del público, especialmente los propietarios potenciales vinculados a la marca, y por lo tanto la respuesta del mercado, no se descuentan.
En el caso de Amel, y de su nuevo 50 pies, la magnitud del desafío toca los contornos de una verdadera revolución. Cualquiera de nosotros que tengamos en mente los Amel más clásicos, le resultará difícil reconocer en el nuevo 50 pies un modelo del astillero de La Rochelle. Para aquellos que conocen la producción más reciente, algunos elementos, como el hard top que cubre parte de la bañera central, podran ser de ayuda para encontrar el family feeling de Amel.
Dicho esto, viendo los primeros deseños de la embarcación, salta a la vista como el astillero realmente ha querido romper los códigos tradicionales de su diseño. La primera fuerte señal de la discontinuidad es como dice el astillero, la «voluntad de transformación», que se afirma con este barco, está representado por el aparejo. El nuevo 50 pies es de hecho un sloop. Y si bien es cierto que en el pasado Amel ha producido, en raras ocasiones, otros sloop, una de huellas reconocidas del astillero ha sido siempre el aparejo a ketch.
Una opción que está en línea con el objetivo de ir a interceptar una clientela diferente del pasado. El propietario típico de este tipo de barcos, es un armador experto, con una clásica formación en la forma de concebir los equipos y las maniobras. Un sloop de 50 pies simplifica la vida a bordo en los aspectos de la conducciòn con respecto a ketch más grandes típicos de la producción Amel. Abriendo asì las puertas a las tripulaciones familiares, a grupos de amigos que, si no son marineros de experiencia, no necesariamente tienen que tener el ADN de navegadores oceánicos.
De aquí resultan opciones técnicas una vez màs muy coherentes con un diseño comercial. El Amel 50 pies, presenta siempre una bañera central muy protegida, pero aumentan las superficies libres para la relajación y aparecen tecnologías que facilitan las maniobras.
No estoy seguro de que estamos ante un caso emblemático de navegación fácil, pero los tornos eléctricos, la posibilidad de tener un foque autovirante, todas las maniobras llevadas a la bañera, queremos abordar la percepción del público hacia la idea de un barco práctico, fácil de manejar, menos exigente de un clásico Ketch en estilo Amel.
Diseñado por el estudio Barret-Racoupeau, el Amel 50 mantiene intactas las características de robustez y la atención en los detalles de construcción. Las líneas se cambian a favor de una mayor eslora de flotación, en busca de un mayor rendimiento. También está prevista la incorporación de un bauprés para armar grandes gennaker y Code-0. La manga màxima es un poco más posterior y disminuye hacia la popa en menor medida que en el pasado dando al menos en la intención, una mayor estabilidad dimensional, un mejor rendimiento en el rodamiento, mayor confort en el interior.
En cuanto al interior, un factor de comodidad también viene de la elección de dar una ligera convexidad a la cubierta con el fin de obtener una mayor altura en la cabina. El diseño clásico cuenta con dos amplias cabinas con camas dobles y una con literas.
Seis son los nùmeros de huéspedes a bordo, que pueden contar de esta manera en una gran plaza, con tanto espacio para el almacenamiento, y mucha luz natural que entra por los ojos de buey y las ventanas abiertas en el tambucho. Es de destacar el tamaño de la cocina, incluso esta señal de que un Amel nace para navegar a largas distancias y en autonomía.
El lanzamiento oficial de la embarcación está prevista para septiembre durante el Salòn de Cannes, pero ya en junio, el nuevo barco tocarà el agua del mar en La Rochelle para las primeras pruebas en mar.
Datos tècnicos
Eslora total | 15,51 mt |
Manga | 4,79 mt |
Calado | 2,15 mt |
Desplazamiento | 18,750 kg |
Lastre | 5,350 kg |
Cabinas | 3 |
Agua | 600 lt |
Combustible | 675 lt |
Aprobación | 110 hp |
Lindo veleiros
Un loft flotante. Poco lastre para tanta manga. Habría que ver lo que es llegar al camarote de proa con mal tiempo, apenas hay agarraderos. La bañera no parece disponer de sitios para esconder tanto cabo de maniobra y tampoco parece que se pueda cerrar lateralmente con una capota similar al 55. Parece que el programa es para salir a la cala de al lado, eso sí con el barco más bonito del fondeo. El Sr. Amel se debe remover en su tumba.
Pues esa impresión me ha dado, como de que esto ya no es lo que era. Qué pena.
Una alternativa a los que quieren un Amel con similares caracteristicas pero no se lo pueden permitir economicamente es un Audax 47 no defraudara.