Cuando se habla con Brunello Acampora inicialmente pierde un poco la orientación. Està tan impregnado de la creatividad que los discursos, se extienden sobre otros temas y luego convergen con maestría y regresamos al tema, dando una sensación de profundidad, realizado, en el objetivo del diálogo inicial que ahora no sólo es más ligero, si no por encima de todo , embellecido de importantes contaminaciones externas.
Experiencias de mar y de vida convergen simplemente, en los trasados verbales que Brunello utiliza para dibujar conceptos que puedan llegar a quièn escucha, en forma de imágenes mentales con lo que todo se vuelve más claro.
Los que como él, crecen entre Nápoles, Capri y Southampton, terminan inevitablemente, por absorber una cantidad tal de belleza y de mar que a continuación, aplicada al mundo del diseño, sólo puede convertirse en una forma, muy personal, elegante, para traducir su ideas en proyectos donde esta parte apasionada y de experiencia siempre es muy, muy visible.
Tal vez es por esta razón que, mientras está sentado en Montecarlo durante el Yacht Show de lujo más importante del mundo, hablar con Brunello Acampora de su Gozzo de época, ayudado por su capacidad de combinar el lujo y la cultura, la belleza y la innovación, es una función de proximidad cuanto perceptivo en lo que nos rodea.
«Està esta amabilidad, este rafinamiento, esta elegancia absoluta que hoy en dìa es un poco negado por algunos de los lugares comunes donde el minimalismo imperante, con estas líneas rectas, agudas, militar e incluso hermosas, en algunos casos, no logran expresar la alegría de vivir que en el sur de todo el mundo siempre ha expresado»
Esto nos dice Brunello, acariciando el casco del Gozzo de Apreamare que, un poco como Sofia Loren en el mundo del espectáculo, independientemente del entorno en el que se encuentra, es siempre capaz de ser él mismo y a magnetizar las miradas de admiración de todos .
«Erizos de mar, limón y Prosecco» dice Brunello, y es imposible no entrecerrar los ojos y ver el Gozzo que belleza en la belleza, se convierte en el centro vital de un día pasado en el mar, en la sombra de los farallones de Capri.
Gozzo es su último esfuerzo, un importante proyecto de gran responsabilidad cultural, especialmente para dos doc napolitanos como Brunello Acampora y Cataldo Aprea.
«Nos acercamos al diseño de Gozzo con nuestro amor por el Gozzo de Sorrento, que no es el Gozzo de Liguria, no es el Gozzo de Malta, que no es la tartana ni la la falúa. Tienes presente cuando un sastre napolitano coge un traje inglés, lo despoja de toda la estructura interna y nace la manga a la napolitana? Pues si, Cataldo y yo estábamos asì, preparados y seguros de lo que estábamos haciendo».
Esta capacidad evocadora, verbal y de diseño es una característica distintiva de las obras de Brunello Acampora, que cuando se asocia con su capacidad de reinventar, con respeto, a los grandes clásicos, produce embarcaciones que dejan la marca. Esto fue solo para dar un ejemplo, cuando el Grupo Ferretti, a principios de la década del 2000, le pidió que dibujara la línea del «Italian Lobster Style».
«El Design italiano es capaz de reinterpretar y hacer avanzar los grandes clásicos».
Los famosos langosteros de Mochi Craft, de los cuales el Dolphin 51 fue el fundador, han conquistado el mundo entero con su diseño innovador y refinado. Embarcaciones intemporales, hermosas hoy como entonces, donde las líneas curvas y los colores pastel evocan perfectamente los mitos de la década de 1950.
Victory Design cumple 28 años este año y es el contenedor, desbordante de la creatividad de Brunello Acampora.
Los logros de la famosa gama de estudio, desde el motor hasta la vela, desde las competiciones hasta el recreo. Numerosos y prestigiosos son los astilleros que han confiado en el lápiz de Brunello para sus logros, incluidos Apreamare, Azimut, Pershing, Bertram, Riva, Custom Line, Ferretti Yacht, Crn.
Victory Design está poblada por jóvenes diseñadores y creadores de todos los rincones del mundo, que reflejan plenamente la personalidad y pasión con la que Brunello adora trabajar.
«Se necesita tocar, cerrar los ojos y acariciar las curvas del casco para despuès abrir los ojos y saborear los reflejos de luz»
Ver el diseñador que lleva a sus jóvenes aprendices a acariciar los Riva de època, dice, mejor que cualquier palabra, cuál es el amor con el que Brunello Acampora interpreta su trabajo, su pasiòn: El design.
