LUCA RADICE: así se crean las hélices de calidad

Hélices Radice: cómo se crea un producto de calidad.

Si preguntáramos a mil personas quién es el mayor experto en hélices náuticas recibiríamos siempre la misma respuesta: Luca Radice. ¿Quién mejor que él, entonces, para contarnos con detalle cómo se crean y cuáles son las fases de producción de tan importantes objetos?

La creación de una hélice es un proceso multidisciplinar que implica diseño, ingeniería, simulaciones, pruebas y producción para garantizar que la hélice cumple los requisitos de empuje y eficiencia de su aplicación específica. Un producto que incluso bajo el agua es uno de los elementos más importantes para todas las embarcaciones, desde simples embarcaciones auxiliares hasta superyates.

La forma de la pala, la rotación, el empuje, la resistencia y el ángulo de incidencia son sólo algunas de las características que distinguen a las hélices y su diseño. «La producción de las hélices Radice empieza con la elección del material, que debe ser de excelente origen», dice Luca Radice.

Para las fundiciones de bronce (bronce-manganeso y bronce-aluminio), Eliche Radice produce y utiliza exclusivamente sus propias aleaciones con nombres registrados (Otman y Mibral) y aprobadas por los distintos registros de buques. En el caso de los aceros, se utilizan diferentes materiales en función del producto, pero todos proceden exclusivamente de proveedores certificados y aprobados por el Sistema de Calidad interno.

Además, RADICE propellers realiza un control continuo en el laboratorio antes de cada colada para garantizar la ausencia de impurezas. Este proceso se lleva a cabo mediante un espectrómetro que analiza la pureza del material e indica si puede fundirse.

El metal fundido, mediante un puente grúa, se traslada a la línea de colada. Aquí, mediante el uso de filtros que eliminan cualquier rastro de impurezas debido al calor, el metal se funde en moldes de arena y resina. Una vez finalizado este proceso, todas las hélices se trasladan a la sala de enfriamiento, donde permanecen durante un día entero.

Tras esperar a que las hélices se enfríen, se pasan por un desmoldeador que, mediante vibración, las separa del molde y la arena vuelve a entrar en él tras pasar por un proceso de limpieza y control.

Para este proceso, Eliche Radice toma muestras de la arena utilizada para la fundición y las analiza de nuevo en el laboratorio. Mediante un pequeño horno, se evapora la resina para controlar el peso específico de la arena y estar seguros de introducir elementos sin impurezas en el ciclo de producción.

El control se realiza dos veces por semana precisamente para tener un feedback inmediato de lo que se está produciendo y, en caso de análisis negativo, se descarta el lote de producción de hélices.

En este punto, la hélice, tras ser limpiada y controlada, se termina y pasa al departamento que, de forma aleatoria, realizará un nuevo control y ensayo para certificar su calidad final.

Gracias a la trazabilidad de los productos, que se realiza mediante un código de barras, las hélices Radice están clasificadas, por lo que se puede rastrear fácilmente la prueba mecánica y la fecha de producción.

El deseo de ELICHE RADICE de innovar continuamente y ofrecer productos de la máxima calidad, determina una inversión continua en tecnologías y nueva maquinaria; el propio Luca Radice nos cuenta que «hace 7 años, con la llegada de la nueva fundición y la petición del mercado de reducir aún más las tolerancias, se realizaron inversiones de algunos millones de euros en maquinaria; en un año compramos 14 máquinas de control numérico para fabricar hélices de clase S, el único sistema capaz de fabricarlas».