Invictus 280Cx: el cabinado con aspecto de lancha, contado por su creador Christian Grande

Invictus ha logrado, en unos pocos años, identificarse como fabricante de embarcaciones pequeñas en tamaño, su oferta va desde 19 a 42′, pero diseñados los acabados de un yate. El nuevo 280 Cx, presentado en  Boot Düsseldorf 20017 y primer ejemplar de la serie CX, sigue esta filosofía: estimula el interés y la curiosidad de los clientes que tienen un fuerte sentido de la estética y del detalle, que a menudo llegan de barcos más grandes por lo cual estàn acostumbrados a tratar con materiales, masas y dimensiones distintas de las que encontramos en esta gama de productos.

Técnicamente, el 280 Cx tiene la deportividad del casco de la serie X y un aspecto estilísticamente tradicional, pero con las instalaciones de alta gama de la serie GT y la habitabilidad de un cabinado, del cual deriva la C en el acrónimo. «Tenemos algunos detalles importantes en el interior: una baño habitable, una cama plegable y un bar con nevera, en un barco de 8,70 metros de eslora total y que en apariencia no se muestra como un cabinado», dice Christian Grande, el arquitecto que ha firmado toda la producción de la del astillero de Borgia. «Una de las cosas que más he disfrutado durante el diseño», continúa, «era encontrar la relación más adecuada entre habitabilidad a bordo y una estética que la destacara por fuera»

El espacio habitable no debe ser percibido desde el exterior, de ese modo el diseño juega con la altura de la borda y de la caseta y con pequeños disfraces para conseguir un gran barco interior, pequeño fuera. «No es un crucero de largas distancias, es un barco para ir al mar durante el día, pero en el cual puedo dormir una noche o puedo hacer dormir a los niños después del almuerzo o simplemente tener espacio suficiente para invitar a unos amigos a un día en el mar. Quería un barco que fuese sorprendente por sus habilidades ocultas «, explica el diseñador.

«La demanda de esta tipologìa viene del mercado. Hay un deseo de un barco de este tipo. Con gran atención al detalle, con colores especiales, en los que es evidente el estilo italiano, ya sea por la complejidad de la materia, para las pieles o tejidos utilizados. Ingredientes para una receta capaz de decir algo muy italiano, pero no sólo proviene de la experiencia náutica «, dice el arquitecto.

Màs allà del aspecto estético, que los hace significativamente diferentes, en esencia, el 280 GT y el Cx son similares, Gt y Cx. Ambos tienen cabina con baño y terraza en la proa y en la popa. «El CX es más alto de borda, por lo cual podríamos definirlo como más práctico. Me atrevo a compararlo con los autos, el modelo GT es más elegante pero menos suave, mientras que el CX se inclina más hacia el compromiso con la comodidad: digamos, la misma diferencia que existe entre un coupé y un sedán», dice Grande, «incluso los cascos son diferentes, pero la elección aquí está destinada a satisfacer a aquellos que prefieren un tipo y para quienes prefieren otro, son opciones alternativas, pero ambas legítimas».

Siguen siendo los contenidos de Invictus, que se propone como una suma de clasicismo y elegancia y deportividad, que aparentemente suena como una contradicción. «La deportividad no está dada solo por la fibra de carbono visible o por el rojo, así como la elegancia no sólo se caracteriza por el negro.», explica el diseñador, «Los colores acompañantes son más elegantes que los contrastes. Pero, aprovechando las contraposiciones, que todavía están presentes en los Invictus, juega a través de los colores más suaves y pastosos, utilizando acero en la cubierta, que a diferencia del plástico es brillante y no opaco, y muestra lustre y brillo, es decir, la nobleza de la joya, se logra obtener una imagen evocadora de un mundo rico, clásico y no picante, y es aquí que nos encontramos la deportividad relacionada con la elegancia».

El contenedor aun de mucho estilo sigue siendo un barco, no se olvida que primero que antes que nada hay que navegar, pero que estar en el mar es mucho más que sólo moverse de un lugar a otro. «Aquí estamos en presencia de un barco. Además de la narrativa visual, estética, que puede no gustar, nos encontramos de frente a objetos diseñados para navegar y que lo hacen bien», dice Grande, que continúa.«El cliente elige Invictus porque tiene ganas de ir al mar. Hay barandillas, teca, hay cascos… elementos del todo funcionales. Hay espacio para guardar todo lo que está trayendo, pero que no se necesita durante la navegaciòn: zapatos, guardabarros, etc., mientras que, en general, algunos de ellos permanecen en medio a los pies. Pero en Invictus hay mucha convertibilidad.

He querido dar a un barco, que generalmente es rígido en su conjunto arquitectónico, la capacidad de adaptarse a las necesidades de las personas a bordo en los distintos momentos del día.

Un medio que me permita navegar, pero también a tomar una copa. La navegaciòn es un momento de ir al mar, luego està la relajación, el compartir. Por eso aquí hay espacio para aquellos que quieren tomar el sol y para quien quiere leer sentado o quien desea mantener una charla. Por ello el asiento del conductor se convierte en poltrona para la mesa en la bañera, por ejemplo. Pero era necesario tener una convertibilidad inteligente, la configuración cambia con dos clics .. sin recurrir a la caja de herramientas. Un producto mutante, que es la filosofía detrás de Invictus».