Pruebas de mar de los nuevos Mercury Verado V12 600
El progreso que han hecho los fuerabordas Mercury en los últimos cuatro años es simplemente increíble. Un camino que comenzó en 2018 con la presentación del V6 y V8, pasó por la introducción del fantástico 450R, y culminó en septiembre de este año con la llegada del nuevo Mercury Verado V12 600.
Una impresionante escalada que, a través de la inversión, la tecnología y el saludable «hierro pesado» (Mercury produce todos sus motores internamente, empezando por la fundición), ha puesto fin a la competencia con otros fabricantes, simplemente ganándoles la partida.
Pero el nuevo Mercury Verado V12 600 no es sólo un fueraborda de gran potencia. Este nuevo fueraborda es un auténtico concentrado de innovación, que trae consigo muchas novedades revolucionarias, como la caja de cambios de dos velocidades y el pie direccional, soluciones que demuestran el gran salto que ha dado el fabricante estadounidense.
Los motores están claramente destinados a equipar las grandes Maxi-Ribs y las embarcaciones de tamaño medio que, cada vez más, optan por los motores fueraborda en lugar de los intraborda por toda una serie de buenas razones, como el coste de compra o el mantenimiento, por ejemplo. No es casualidad que el barco en el que probamos estas nuevas joyas sea un Sessa Key Largo 40, un yate en toda regla.
Prueba del Mercury Verado V12 600
Con los aceleradores al ralentí dejamos el puerto de La Napoule. Los dos motores murmuran de forma casi imperceptible, ya que considero que 12 cilindros y 7,6 litros es realmente mucho, pero, cuando los miras, el volumen incremental comparado con sus hermanos menores es muy poco.
Mercury Verado V12 600Ya he probado el Sessa Key Largo 40 y, con un triple Verado 300, alcanzamos los 40 nudos con facilidad, pero hoy tengo mucha curiosidad por ver qué cambia, tanto en términos de velocidad máxima y aceleración como en términos de consumo de combustible, porque los Verado 300 son realmente «económicos» y la comparación será interesante.
Por su parte, el Key Largo 40 es un maravilloso banco de pruebas. Se trata de un auténtico yate que, a pesar de su aspecto deportivo, cuenta con un lujoso interior dotado de todo lo necesario para realizar largas travesías.
Con un desplazamiento de unas ocho toneladas y un excelente comportamiento en la ola, es perfecto tanto para la prueba como para las condiciones de mar de hoy, que no son precisamente tranquilas.
Muevo lentamente los aceleradores electrónicos hacia delante y los dos Mercury Verado V12 600 empiezan poco a poco a tocar su música.
Sí, porque los doce cilindros en V tienen un sonido propio, una mezcla potente pero elegante que te conquista de inmediato. Para que entiendas mejor lo que quiero decir, entre el sonido de la legendaria 450R y el nuevo V12 600 hay la misma diferencia que hay entre «Highway to Hell» de AC/DC y el estribillo de «Tunnel of Love» de Dire Straits.
A 3.500 rpm ya estamos en el avión y navegando a más de 23 nudos. Me dirijo a la pantalla y se me ponen los ojos en blanco, estamos consumiendo algo más de 60 litros por hora a la velocidad del motor, ¡es una locura! Incluso estamos consumiendo menos que con el triple Verado 300, mientras navegamos casi en silencio, con una comodidad casi total.
Activo los aceleradores y estoy literalmente clavado al asiento, el tronco se vuelve loco y escupe unas cifras increíbles. El Key Largo 40 acelera con gran progresión y nos lleva rápidamente a través de la barrera de los 50 nudos donde, para mi renovado asombro, veo que el caudalímetro indica un total de 360 litros por hora, es decir, 180 litros por hora por motor, lo que para 600 caballos es muy, muy poco.
Lo más sorprendente de la prueba de aceleración fue que apenas sentimos el «cambio» entre la primera y la segunda marcha, que, como innovación dentro de la innovación, no se produce a un número fijo de revoluciones sino en función de la carga del motor. La diferencia de reducción entre ambas relaciones es del 20% y con este sistema se consigue un fenómeno similar al de la «sobremarcha» que, tras utilizar el par máximo para salir del agua y conseguir la máxima aceleración, hace que el motor se «relaje» con una relación «más larga«. Un sistema que explica además cómo es posible navegar con 1200 caballos de potencia en popa con un consumo tan bajo.
Pero ha llegado el momento de explotar al máximo las cualidades de estos motores, así que mientras navego a unos 30 nudos y tras pedir a la tripulación que se sujete bien, me meto en una serie de giros y contragiros muy cerrados que, gracias a las proverbiales cualidades del casco del Key Largo 40, hacen que el nivel de diversión a bordo se dispare. El par del Mercury Verado V12 600 en estas condiciones se aprecia aún más, no hay manera de poner los motores en dificultad, ni siquiera frenando y acelerando mientras se gira.
Otra peculiaridad digna de mención es la ausencia total de cualquier fenómeno de cavitación, las dos hélices contrarrotantes muerden el agua como si fueran neumáticos con tacos sobre la nieve, sin ceder ni un centímetro. Toda la potencia, mucha, se retransmite inevitablemente y se transforma en aceleración y velocidad.
Pero no es como estar en un Lamborghini o un Ferrari (aunque hay muchas similitudes), estos nuevos motores son ciertamente deportivos pero no de competición. La sensación es más bien la de conducir un Bentley Continental GT que, a pesar de hacer el 0 a 100 en 4 segundos y superar los 300 kilómetros por hora, permite al propietario saborear estas prestaciones con absoluta comodidad.
Por otro lado, estoy dispuesto a apostar que Mercury Marine tiene preparadas muchas otras sorpresas que tendrán su origen en este motor. Ya lo ha hecho sobrealimentando los 4.6 V8 y nos ha dado esos fantásticos 450R (esos sí que son motores de competición), quién sabe lo que podría hacer con estos V12…
Consideraciones finales
Con el nuevo Mercury Verado V12 600 hemos asistido a un cambio de época, que deja huella y, sobre todo, obliga a todo el sector náutico a tomar nota de que el progreso no se detiene.
Vista del dron MercuryLos demás fabricantes de fuerabordas son conscientes de ello, y en poco tiempo se han quedado un siglo atrás en cuanto a tecnología.
Los demás fabricantes de fuerabordas son conscientes de ello y, gracias a estos nuevos motores fueraborda, que se utilizan cada vez más en los grandes barcos de fibra de vidrio, pueden dar rienda suelta a toda su creatividad y comercializar una nueva generación de barcos que, para la misma eslora, se beneficiarán de mucho más espacio bajo cubierta, dada la ausencia de sala de máquinas.
Sobre todo, se invertirá el razonamiento que guía la compra de yates de planeo de 40 a 60 pies, donde, históricamente, se ha dado preferencia a los motores diésel o, peor aún, a los IPS. No es que no sean grandes motores, pero ¿pondrías el ahorro en términos de compra con los fuerabordas para aquellos que hacen 100/150 horas de motor al año? No se necesitaría toda una vida para pagar el diferencial.
¿Y luego quiere comparar la maniobrabilidad y el trimado de un barco que navega con IPS con el mismo yate propulsado por un par de motores fuera de borda? Simplemente incomparable…
La llegada de estos Mercury Verado V12 600 abre, por tanto, todo un abanico de fantásticas perspectivas, perspectivas que beneficiarán a los propietarios que decidan adquirir estos maravillosos ejemplos de tecnología moderna.
Mercury Verado V12 600, los datos medidos
RPM | Velocidad en Kn | lt/h | lt /NM | lt/h de un solo motor | lt/NM motor único |
700 | 3,2 | 12,2 | 3,8 | 6,1 | 1,9 |
1.000 | 4,5 | 17,0 | 3,8 | 8,5 | 1,9 |
1.500 | 6,3 | 23,9 | 3,8 | 12,0 | 1,9 |
2.000 | 8,0 | 37,4 | 4,7 | 18,7 | 2,3 |
2.500 | 9,7 | 55,1 | 5,7 | 27,6 | 2,8 |
3.000 | 16,6 | 115,2 | 6,9 | 57,6 | 3,5 |
3.500 | 23,3 | 130,5 | 5,6 | 65,3 | 2,8 |
4.000 | 28,9 | 147,2 | 5,1 | 73,6 | 2,5 |
4.500 | 32,5 | 181,3 | 5,6 | 90,7 | 2,8 |
5.000 | 37,2 | 213,2 | 5,7 | 106,6 | 2,9 |
5.500 | 42,9 | 297,5 | 6,9 | 148,8 | 3,5 |
5.750 | 44,2 | 302,8 | 6,9 | 151,4 | 3,4 |
6.000 | 47,8 | 344,1 | 7,2 | 172,1 | 3,6 |
6.500 | 50,2 | 359,8 | 7,2 | 179,9 | 3,6 |