Los molinetes Bamar resisten las regatas más extremas

¿Cómo se prepara un velero capaz de soportar tormentas de más de 60 nudos y olas de 7 metros de altura? Hemos preguntado a alguien que lo ha hecho con éxito: Francesco Tamburini, director comercial de Bamar, es de hecho uno de los principales protagonistas que han contribuido al extraordinario resultado de Andrea Mura, que hace pocos días terminó el Global Solo Challenge. Se trata de una carrera durísima, una vuelta al mundo en solitario en sentido contrario a las agujas del reloj, partiendo de Coruña, España, para llegar a la Antártida, pasar por los tres grandes cabos del este (Cabo de Hornos, Cabo Llewin y Cabo de Buena Esperanza), pasar Australia y volver a España. Fue una empresa de locos, en la que el navegante se encontró durante cuatro meses en medio del océano solo, incluso de noche, sin nadie que le ayudara. Andrea Mura terminó la hazaña en tercera posición, tras más de 120 días de navegación en los que superó dos violentas tormentas. Su barco, el «Vento di Sardegna», resistió donde otros competidores tuvieron que abandonar por desarboladura, y el mérito de este logro no es sólo del extraordinario armador que lleva el timón, sino también del equipo que instaló. En particular, el barco de Mura cuenta con enrolladores Bamar, que fueron capaces de soportar una tensión considerable. Demostrando su superlativa resistencia.

Francesco Tamburini explica a Todoslosbarcos cómo prepara un velero para una regata de este tipo y lo importante que es la preparación técnica que su empresa puede transmitir a los regatistas que se embarcan en este tipo de empresas: «El barco de Andrea Mura, un Open 50 anticuado que ha sido profundamente transformado, está equipado con cuatro velas enrollables y desmontables en proa -código cero (reacher) J1, génova J2, foque J3 y mayor J4- que van montadas sobre tambores y cabezales Bamar Evo. Estos aparejos tienen una carga de trabajo de entre cinco y siete toneladas y media, junto con estays de alto rendimiento capaces de soportar fuerzas de tracción y torsión extremas. Las etapas del Global Solo Challenge fueron extremadamente duras y podemos decir que los enrolladores Bamar resistieron perfectamente. Esto es un motivo de especial orgullo para nuestra empresa, ya que los equipos instalados por Mura son los mismos que se encuentran en el mercado y que suministramos a veleros dedicados a cruceros más tranquilos: por lo tanto, podemos decir que si los enrolladores Bamar han resistido tormentas de más de 60 nudos, ¡pueden ser absolutamente fiables!».

«Las velas enrollables del «Vento di Sardegna» no requieren ir a proa para manejarlas», explica Tamburini, «y tienen un rendimiento tal que ya no es necesario hacer la maniobra de carga, típica de los barcos de desplazamiento, sino que permiten tener siempre un ángulo medio cerrado y viajar manteniéndolas relativamente amuradas». En particular, el Code Zero J1 es muy potente y muy redondo a bordo y fuera, hecho para garantizar un gran rendimiento y una velocidad extrema. Con este tipo de velas enrollables, también es necesario contar con los enrolladores adecuados para soportarlas», afirma. Aquí es donde entra en juego Bamar, que poco antes de la marcha de Andrea Mura emprendió una revisión completa de sus enrolladores, que habían sido instalados ocho años antes. Tamburini cuenta: «Era un equipo que ya había afrontado varias regatas oceánicas, algunas de ellas exigentes, por lo que Mura fue justamente meticuloso y nos pidió una revisión completa. Para nuestra satisfacción, pudimos comprobar que todo estaba en perfecto estado. No obstante, sustituimos los rodamientos y las juntas por precaución, y podemos decir que hasta ahora no nos han dado ningún problema.

Un aspecto que Tamburini quiere subrayar es que los enrolladores Bamar montados en el «Vento di Sardegna» no están sobredimensionados: «Sería fácil montar un objeto de veinte toneladas para hacerlo funcionar para cinco, pero no es la elección correcta, porque en barcos de regata de este tipo, el equipamiento también debe ser ligero y de alto rendimiento. Por eso decidimos equipar el barco de Andrea Mura con enrolladores Bamar correctamente dimensionados. Esto no quita que sean productos extraordinariamente resistentes: «Todos nuestros artículos se prueban en bancos de pruebas especiales, donde se les somete a esfuerzos muy superiores a sus límites. Por ejemplo, un enrollador que afirmamos que puede soportar hasta cinco toneladas de carga soporta, sin embargo, físicamente hasta veinte toneladas. En el caso del «Vento di Sardegna», por ejemplo, la bobinadora situada en el extremo del barco delfín tiene una carga de trabajo de 5.000 kilos, pero puedo afirmar que hasta 10.000 puede soportarla sin hacer una arruga. Sólo a partir de este doble umbral empiezan a aparecer las primeras deformaciones, y sólo en torno a los 12.000 kilos empieza a deformarse de forma importante y a colapsarse. No es fácil igualar la resistencia a una determinada fuerza del viento, porque depende mucho de la inercia y la aceleración, pero después de la hazaña de Andrea Mura, podemos estar seguros de que los equipos de Bamar pueden soportar incluso condiciones de viento extremas. Esto sólo puede ser la mejor garantía para los propietarios de todo el mundo: los enrolladores montados en el «Vento di Sardegna» son, de hecho, exactamente iguales a los que cualquiera puede encontrar en el mercado. Y si han sobrevivido a dos violentas tormentas oceánicas, quienes los utilizan para simples cruceros pueden estar más que contentos. El Global Solo Challenge fue el banco de pruebas definitivo.