Correa del motor, dura lucha contra sus enemigos

Esencial para la transferencia de movimiento, para circulación del aceite, para el funcionamiento de la bomba de agua, para hacer funcionar el alternador, la correa del motor es uno de los componentes más valiosos de nuestro propulsor. Sin ella, no caminamos.

Para el trabajo que hace, la correa está destinada a consumirse, y por lo tanto a ser reemplazada. Tener una de respuesto a bordo es muy indispensable. Igualmente importante, para evitar que nos abandone repentinamente, y controlarla regularmente (lo ideal sería desmontarla y doblarla boca abajo) y, especialmente, evitar todo lo que la pueda desgastar innecesariamente..

Pero ¿cuáles son los enemigos de la correa del motor? La suciedad, mala regulación del voltaje, el agua y el aceite presente en el fondo, son capaces de forjar una alianza fuerte para reducir en gran medida la vida de la correa.

Así que en primer lugar hay que mantener limpia la sentina del motor para evitar que la correa haga contacto con el agua y el aceite capaces de producir grandes daños. Incluso las poleas deben estar limpias. Sobre todo después de un largo período de inactividad del motor, la suciedad que se ha acumulado en las poleas o los rastros de óxido que puedan haberse depositado son enemigos potenciales de la correa.

Otro factor fundamental es la tensión. Si está demasiado floja, la correa puede deslizarse y desgastarse y no hacer que funcione correctamente el alternador. Peor aún, si està demasiado apretada, porque en este caso los daños pueden ser causados a los mecanismos de poleas con consecuencias económicas mucho más grandes con respecto al cambio de la correa.

Así que en primer lugar hay que comprobar que la correa estè colocada correctamente en la ranura de la polea, que sean del tamaño correcto y que se adhiera tambièn a los lados; en resumen, que sea posiblemente la pieza original. Despuès se debe comprobar la tensión.

De acuerdo con una regla general, una correa en tensión correcta, bajo la presión de un dedo, debe flexionar al interior cuanto su espesor, es decir, entre 5 y 10 milímetros.

En el caso en el que la tensión fuese excesiva o deficiente, podemos ajustar muy fácilmente aflojando el soporte del alternador, haciendo palanca con el mango de un martillo para distanciar las dos poleas de manera correcta, apretando los tornillos.

Pero cuidado, si el cinturón es nuevo, el control de la tensión nunca se hace frío, solo después de unos diez minutos de funcionamiento del motor.

Por último, en caso de que fuera necesario cambiar la correa, simplemente afloje de nuevo el soporte del alternador, acercar las dos poleas y quitar la correa vieja, reemplazarla por la nueva y continuar con el procedimiento como mostramos en el video publicado hace algún tiempo.