Premisa: estamos hablando de la Copa Amèrica del futuro, y no se trata de la que està ya en puerta en mayo de 2017. En el transcuro de la Barcolana encontramos a Martin Whitmarsh, CEO de Team BAR Land Rover, el único equipo que razonablemente podría hacer pasar un mal rato a los titulares, los americanos de Oracle. El año entrante en Bermuda habràn cinco adversarios: ingleses, neozelandeses, suecos, japoneses y francesces. Los barcos, los AC 50’, se pondràn en marcha – como dice el reglamento – desde el 27 de diciembre en adelante.
Los britànicos son los màs agresivos: tienen un sponsor generoso, un lìder carismàtico – Sir Ben Ainsle – considerado como el mejor velista de todos los tiempos, y sobre todo son los que iniciaron primero con la preparaciòn. En la copa amèrica moderna se ha encontrado el factor determinante para ser competitivo. Team Land Rover ademàs ha ganado anteriormente Loius Vuitton Series, las regatas de acercamiento a la verdadera Copa (nueve etapas en todo el mundo entre 2015 y 2016, la ùltima serà durante el mes de noviembre en Japòn) que le han regalado algunos puntos de ventaja en las regatas de primera.
Pero, y luego? Luego de la que se presume serà una final totalmente anglosajona? Whitmash nos contado algunas cosas que pueden darnos una idea de cuales pueden ser los posibles escenarios del futuro. El objetivo principal serà ampliar la participaciòn. Los seis equipos actuales son muy pocos, y faltan naciones importantes como Italia, Australia y España (se recuerdan de Valencia?). En esta direcciòn se habla, primero que todo, de volver la campaña definitivamente menos costosa (para ser competitivos se necesita, al menos, 90 millones de Euros, este es el presupuesto declarado por Team Bar Land Rover) y màs aprovechable para la televisiòn. Por lo tanto màs rentable.
Asì que se habla de hacerla con mayor regularidad, cada dos años (hasta el momento se ha realizado, pero jamàs con certezas sobre las fechas, siempre aproximadamente cada tres años) y con un presupuesto que no debe pasar los 30 millones de Euros. Aparentemente los barcos seguiràn siendo los catamaranes “voladores”, como los foils. Con todo lo que han invertido en tecnologìa hasta ahora los defenders y los retadores de punta, difìcilmente renunciaràn.
E Italia? Despùes de la renuncia por parte de los australianos, Luna Rossa se habìa convertido en Challenger of Record (es decir un equipo que negocia, despuès de cada final, junto al titular, reglas para la futura Copa) pero hace dos años tomo la decisiòn de no participar. Patrizio Bertelli ha golpeado fuertemente (y bien justificado) la puerta yèndose cuando Oracle hizo maniobras para cambiar el reglamento y los barcos para esta copa, “disminuyendo” de 62” a 50” la eslora. Pràcticamente todo el desarrollo del equipo Italiano, el primero en seguir el camino de los 62”, que se perdìa (y, como decìamos, empezar desde cierta distancia en la America’s Cup es fundamental).
La imagen de Challenger of Record ya no existe, fue sustituida por un còmite que representa a los retadores y defenders, que deberìa actuar solo en funciòn de los intereses de la Copa, y el èxito de la misma. Justamente por este motivo Whitmarsh, desde hace ya un año se esta moviendo para hacer que entre nuevamente el equipo italiano en la Copa Amèrica “fundamental para el èxito de la Copa”. Nos confirmò que ya encuentra en contacto con una realidad italiana, Perisco Marine. El objetivo es la conquista de la “Alud Mug” en el 2019/2020.