Durante los cursos de vela, una de las frases que me gusta repetir: «el ruido más molesto que se escuche a bordo es el que hace el motor cuando no arranca «. Ni siquiera recuerdo por quien haya escuchado esta perla de la sabiduría, pero una cosa es cierta, es una verdad absoluta.
Y si en el momento mejor el motor nos abandona? A la gran pregunta retórica respondemos con las afirmaciones más obvias: gobernar con la vela. Las posibilidades de éxito de la maniobra dependen mucho de nuestro conocimiento y experiencia , es decir, de las veces que nos preocupamos por entrenar para maniobrar a vela obteniendo incluso un poco de placer.
Mientras que ahora, a pesar de que el Código de navegación no lo prohíbe expresamente, en casi todos los puertos hay ordenanzas que impiden, las maniobras de las velas, una buena oportunidad de entrenamiento es la ofrecida por un anclaje a vela.
La forma más clásica y sencilla es la de dar fondo dejàndose llevar por la proa al viento. La maniobra es bastante fácil, pero requiere una cierta precisión.
Una vez que hemos visto una zona en la que queremos dar fondo al ancla, debemos acercarnos al punto con una andadura a bolina. Podemos regular nuestra velocidad aventando una o las dos velas y recordar siempre operar con un amplio margen de seguridad que nos permita de tener el espacio para apoyar y seguir adelante.
Cuando estamos en el último borde, antes de continuar con la proa al viento, habrà una persona a la cual ya habremos entrenado para que se mueva desde la bañera a la proa para las operaciones de anclaje, mientras que anteriormente, la misma persona ya habrá comprobado y preparado todo para dar fondo.
Mientras tanto, cuando estemos seguros de estar en el borde justo para ir a viento, podremos enrrollar o arriar el foque.
Esta maniobra es doble: libera el triángulo de proa dejando más espacio para la acción y elimina los riesgos representados para el proel de una vela que se sacude con el viento. Liberando la proa dal foque, el proel va rapidamente al ancla. Estamos de bolina por lo que podemos reducir la escoraciòn lascando un poco de vela mayor obteniendo una disminución de la velocidad. De esta manera, la persona en la proa trabajarà mejor y podrà hacer calar el ancla .
Una vez lograda la alineación entre el punto donde queremos dar fondo y la dirección de donde viene el viento, orziamo proa al viento lascando la vela mayor en espera de que la velocidad se redusca de tanto. Cuando el barco se detendrà, se darà rapidamente fondo.
El barco , llamado por la fuerza del viento , comienza a retirarse y el proel introduce la cadena en el agua con el número de metros planeados, siempre de 3 a 5 veces el lecho marino . Si la proa abate a un lado , no es malo, de hecho , en algunos casos , si el viento es muy ligero, se trata de una maniobra facilitada . El barco de hecho, de esta manera se mueve hacia atrás más rápido.
Blocando la bajada de la cadena , el anclaje estará al frente de la proa de la embarcación tendrá el viento de nuevo a su favor. Si es necesario, enfilaremos otra cadena hasta que se concluya la maniobra cuando podremos con calma amainar la vela mayor.