» Pero cuantos grados marca este compàs ? « Desafiamos a cualquiera a decir que no ha escuchado al menos una vez en su experiencia en el mar, una exclamación de este tipo .
Hoy en día , con todos los componentes electrónicos que tenemos a bordo , tal vez lo sentimos decir menos , y desde luego no nos alarma como antes cuando la corrección se realizaba con el Loran .
Tener un compàs a bordo que indica un valor muy diferente al que deberìa no es una circustancia sin soluciòn . Basta solo una lectura de GPS y la corrección es inmediata . Pero aparte seguir corrigiendo el fuera ruta alarga el camino , en distancias medio largas se amplifica el error , alejàndonos de muchos grados de la ruta establecida y por lo tanto seguro .
Recordemos que los compases,una vez instalados a bordo vienen compensados, o sea se trata de corregir la desviación causada por la placa magnética. la operación, la hace un experto haciendo el giro compàs y llenando la planilla de las desviaciones que usamos (siempre y cuando las usamos), además de los valores de declinación que leemos en las cartas nàuticas, para transformar una ruta verdadera, trazada en la cartal, en una proa compàs para dar el timonel.
Con el tiempo, la compensación puede cambiar para los campos magnéticos que creamos a bordo modificando algunas cosas o incluso sólo con la colocación de objetos de hierro cerca del compàs.
Pero si para una nueva compensaciòn hay necesidad de un experto, para verificar de cuanto y cómo se «ha trastornado» podemos lograrlo solos.
Por supuesto, debemos estar en el mar, y en una zona en la cual estemos rodeados de puntos de referencia para alinearnos, es decir, que son reconocibles desde el mar y marcados en la carta nautica. Y, posiblemente, visto que las desviaciones varían con las proas, que están presentes en los cuatro cuadrantes.
Después de identificar los puntos en la carta nautica, posiblemente en un ambiente protegido, una bahía o un golfo, se relieva la alineación en la carta, una línea recta que clos colegue entre ellos y con un punto en el mar donde fijamos la posición. Se hace lo mismo con todos los puntos que posiblemente se encuentran en los cuatro cuadrantes.
Atención, son relievos verdaderos, así que no tendran la variación magnética que, en vez deberemos de hacer.
A este punto, carta en mano, nos vamos por la borda, se llega a la primera posición predeterminada, y se ejecuta la alineación de los dos puntos conocidos. El valor que se lee en el compàs, si todo funciona, será el del relievo verdadero corregido con los valores de declinación magnética y las olanillas de desviación. Seguidamente se procede con todas las otras alineaciones.
Si los valores de la brújula difieren mucho de los que deberíamos haber tenido, significa que algo está mal. Si nada ha cambiado en torno a la bitácora, si nuestros niños no han pegado accidentalmente un imán,significa que el compàs està descompensado y debemos llamar un experto.
Si igualmente queremos zarpar, tendremos a disposiciòn una nueva tabla de desviaciones un poco artesanal la que podemos tener en cuenta a la hora de seguir una proa compàs.
Se trata de una verificación simple y rápida, no de una operación profesional que sólo un experto puede y debe hacer.
Pero es útil para zarpar preparados, tal vez cuando estamos a bordo de un barco alquilado, y no sabemos todos los secretos como sucedería si se tratara del nuestro.
