Greenline ha revolucionado el mundo de la náutica no sólo gracias a la energía híbrida, eléctrica y solar, de la que fue el primer precursor mundial, sino también por haber sabido construir un verdadero estilo de vida en el que se reconocen todos sus clientes: el de la lentitud, la relajación y el respeto por el medio ambiente, que el fundador del astillero, Vladimir Zinchenko, define en un concepto como el “gentleman boating lifestyle”.. En el último Salón Náutico de Düsseldorf, volvimos a charlar con el visionario constructor de estas extraordinarias embarcaciones híbridas y eléctricas, para explorar su visión de un estilo de vida náutico más ecológico y pausado, acorde con las tendencias contemporáneas.
Hagamos una inmersión en el pasado: el primer barco construido por Greenline data de 2008 y fue el pionero de los barcos híbridos. ¿Cuál fue el mayor reto en aquel momento?
«En aquella época yo no estaba completamente dentro del sector náutico, sino más bien al lado, ya que era concesionario. Cuando se me ocurrió la idea de construir el primer barco híbrido, el mercado ya iba en esa dirección: otros astilleros estaban trabajando en prototipos de barcos híbridos, pero esperaban a que alguien desarrollara los sistemas de propulsión y potencia. La diferencia es que yo lo construí por mi cuenta: no fue nada fácil, pero una vez que lo conseguí, obtuve reacciones positivas.
¿Cómo fue la acogida en el mercado del primer barco Greenline?
«Vender los primeros barcos no fue fácil, pero ya había una tendencia clara: cada vez más propietarios preferían velocidades de 5 ó 6 nudos y, por tanto, apreciaban los eléctricos. La zona geográfica más madura en este sentido eran las regiones francófona, neerlandesa y alemana, donde se navega mucho por ríos y lagos, así que mi concepto fue muy bien recibido. Ir despacio es una manera de disfrutar mejor de la navegación, de relajarse, de admirar la naturaleza que nos rodea. Es una forma de experimentar el barco muy popular sobre todo entre las familias jóvenes, que aprecian el ocio y la lentitud. Sin embargo, hemos trabajado para aumentar la potencia de los motores, de modo que hoy podemos garantizar velocidades de hasta 25 nudos, mientras que al principio no superábamos los 8, y esto ha sido posible gracias a los increíbles avances tecnológicos de los últimos años».
Además de la velocidad, los armadores tienen cada vez más conciencia ecológica…
«Si pensamos en los coches Tesla, las bicicletas eléctricas, los patinetes eléctricos, los paneles solares en las casas y todas las demás tecnologías respetuosas con el medio ambiente, está claro que el mundo va en esta dirección, y la náutica no puede escapar a ello. Todo nuestro proceso de producción es respetuoso con el medio ambiente: incluso reciclamos el serrín con el que fabricamos los muebles y utilizamos materias primas procedentes del reciclaje, como la espuma de botellas de plástico usadas.
Con más de mil barcos vendidos en 45 países, ¿podemos decir que Greenline ya no es sólo un astillero, sino un verdadero lifestyle?
«Estoy totalmente de acuerdo. Los clientes de Greenline se identifican con un estilo de vida más ecológico y respetuoso con el medio ambiente. Hemos trabajado duro para trasladar esta conciencia a los propietarios, llamándolo el ““gentleman boating lifestyle”. Es una forma de navegación responsable, no tanto en términos de seguridad como de respeto al medio ambiente, a la naturaleza y a los demás. Un propietario a bordo de un barco Greenline, en lugar de pasar a toda velocidad junto a otra embarcación, pasa lentamente junto a ella y saluda a las demás personas a bordo, sin molestarlas con el ruido de un motor a alta velocidad. Venimos de la naturaleza y no sólo debemos disfrutarla, sino también respetarla: eso significa silencio, calma, relajación, paz, belleza».
El Greenline 40 alcanza unas buenas cuatro horas de autonomía, ¿está satisfecho con este logro?
«Creo que es un clima perfecto, que permite disfrutar de los viajes por mar. Por ejemplo, una familia que quiera hacer un crucero en barco de Venecia a Rávena quizá prefiera hacer un viaje lento de dos días, con paradas para admirar los alrededores, en vez de un solo día a gran velocidad traqueteando sobre el agua y escuchando el ruido perpetuo del motor. La mayoría de nuestros clientes tienen un estilo de vida tranquilo: se levantan sin prisas, desayunan, salen a última hora de la mañana, hacen descansos, cocinan, nadan, etcétera. Esto significa disfrutar de la navegación. Y si usted tiene un barco Greenline, éste es su estilo de vida. Lo que también significa «consumir menos y contaminar menos».
