Durante el reciente Boot de Düsseldorf, en el octavo International Breakfast Meeting, muchas figuras clave de la industria náutica mundial hablaron sobre el futuro de las figuras profesionales que necesita el sector.
Entre ellos había una chica joven y brillante: Ione Astondoa. Nacida en 1993, con menos de 30 años ya es responsable de marketing, recursos humanos y gestión de costes en el famoso astillero español Astondoa. La empresa española fue fundada por su bisabuelo Jesús Astondoa Martinez en 1916, y tras más de 100 años de actividad en los que la gestión ha sido siempre familiar, ahora con Ione, ha llegado a la cuarta generación.
Una millennial pura, que a pesar de lo atrasado del sector no le preocupa su corta edad, sino todo lo contrario, sabe que la preparación es la base de todo: debe estar siempre preparada, debe prepararse mucho más que el resto de la gente, para intentar contrarrestar esos estereotipos y dudas que los mayores tienen sobre ella.
Criada desde muy joven en los famosos astilleros españoles, pasó la mayor parte de su infancia en la empresa junto a su abuelo, que le transmitió la pasión por el mar y la navegación. Gracias a su juventud y al relevo generacional que ha traído a Astondoa, ha conseguido en poco tiempo aportar innovaciones y nuevos puntos de vista a la empresa, que sólo una mirada fresca puede dar.
¿Qué innovaciones cree que ha aportado el relevo generacional que ha traído a la empresa?
«La sostenibilidad es sin duda una de las primeras innovaciones, sé que no todas las empresas de todos los sectores son iguales, pero uno de mis objetivos es ser lo más sostenible posible, reducir las emisiones y dar a los empleados una forma de llegar al trabajo más ecológica: en transporte público u otra cosa, lo que ayudaría a contaminar menos la ciudad. Luego me gustaría adoptar la tecnología para potenciar aún más el trabajo humano, sin perder nunca la artesanía y las habilidades del trabajo artesano que nos permiten adquirir más valor. Me gustaría equilibrar los dos mundos: el artesanal y el tecnológico, para crear una producción artesanal, pero que contamine menos gracias al uso de las mejores tecnologías. Creo que poder equilibrar estos dos mundos es un buen plan de futuro».
El futuro tiene grandes cosas reservadas para el astillero y para Ione, que quiere seguir haciendo crecer la empresa con el objetivo de alcanzar un nivel internacional. El camino será largo, pero en los últimos tres años ya ha invertido mucho en comunicación corporativa y en exportar la marca fuera de España, donde es el único astillero de pleasure boats de este tamaño.
Además de su juventud, la cuarta generación Astondoa, representada por Ione, ha supuesto otra novedad para el astillero: es la primera mujer en el consejo de administración. No es poca cosa, dada la presencia histórica de los hombres en el mundo náutico, pero las cosas, tal vez, estén cambiando.
Uno de los mayores anhelos de Ione, que es la única chica en la estructura alicantina, es derribar esas barreras ideológicas que limitan a las mujeres en sectores como éste, el náutico. Su filosofía es sencilla: igualdad de oportunidades profesionales para todos, lo único que se necesita son las aptitudes.
Incluso la antigua comunicación de la marca está sufriendo un vuelco total, llevando a Astondoa a una nueva era: una liderada por jóvenes y nacida gracias a lo digital. Al final de la entrevista, quise hacer una sola pregunta sobre el impacto que tiene lo digital en la industria náutica, y este fue el pensamiento de Ione al respecto:
«Tenemos que ser conscientes de que el mundo náutico crece más despacio que otras industrias, y vamos un poco por detrás, pero la forma en que nos comunicamos es muy importante para nuestros clientes. Tenemos que ser conscientes de que nuestros clientes están en línea, sé que vender un barco es algo tangible… quieres ver y tocar la fabricación de un barco y subirte a bordo antes de comprarlo, pero al mismo tiempo, es la forma en que nos comunicamos lo que nos permite estar en línea y expandirnos y ser conocidos, incluso por aquellos que no son nuestros clientes. Es importante, y debe ser prioritario, que nuestra imagen refleje plenamente lo que hacemos y cómo lo hacemos, aunque sepamos que Instagram no es nuestro mercado. Ser digital y estar interconectado te permite ser conocido y estar presente para todo el mundo, quizás si no hubiéramos empezado esta revolución digital de la marca, Astondoa no estaría aquí ahora, hay que invertir en digital porque aunque el resultado no sea tangible, siempre merece la pena.»