Hace unos días escuchè un amigo quejandose de no haber aprendido a navegar cuando era joven. No era la primera vez. Con el pasar de los años, he escuchado con frecuencia personas que se declaran convencidas de haber perdido el tren porque ya tienen más de cuarenta años.
No podrìan estar más equivocados. Como es cierto que empezar desde pequeños se aprende más rápido e instintivo en barcos ideales para dar los primeros pasos, es absolutamente falso que exista un límite de edad a partir del cual no podemos participar en un curso de vela.
Y es la temporada que nos lleva a las vacaciones, la ideal para acercarse a la vela en una edad adulta, tal vez de dedicando una parte de las vacaciones en un curso de una semana en una de las muchas escuelas diseminadas a lo largo de la regiòn.
Las dudas y miedos que a menudo se ponen en la balanza para que sea cuelgue hacia abajo en el lado de la renuncia, cubre una gama muy amplia. Desde «Ya no tengo el físico» a «quién sabe cuánto cuesta un curso» o tambièn «no quiero gastar mucho dinero en ropa técnica».
Vamos a empezar con el aspecto de la destreza física. Aquí tal vez un poco «de malentendidos los ha ayudado a crear la última etapa de la Copa América, que muestra en acciòn super hombres con cascos y ropas de marcianos volar sobre el agua en máquinas infernales.
Todo esto con la vela de cada día tiene poco o nada que ver. Pero aquí se abre un nuevo capítulo en el que polémicas y la discusiones no faltan.
No se debe ser necesariamente atleta para asistir a un curso de vela. Basta estar saludable y tal vez hacer un chequeo que daño no hace para obtener un certificado de físico en buena salud y fuerte a menudo requerido por algunas escuelas de vela para actividades no agonisticas, si por unas semanas antes se quisiera hacer algo de ejercicio para aflojar los músculos y reactivar las articulaciones, es mejor, pero no es indispensable y sobre todo, no es necesario asistir a un gimnasio durante meses.
Veamos los gastos. Sólo tienes que entrar en Internet y digitar escuela de vela para verificar que los precios son asequibles. Para dar un ejemplo: una semana de curso en Cerdeña en una escuela reconocida seria y de buen nivel cuesta alrededor de 430 euros. A menudo, también se puede añadir la temporada de vacaciones con la familia. Mientras papá o mamá asisten a la escuela (a menos que no se opte por un curso para toda la familia) el resto de la tripulación puede disfrutar de las vacaciones. Las soluciones de este tipo son ofrecidas por diferentes escuelas en Italia.
Y es totalmente de cambiar el tamaño del problema de la ropa técnica. Ya que tenemos una cierta edad es probable que una escuela de vela seria nos guíe hacia un curso de cruceros pequeños (6-7 metros). Son ideales para experimentar las sensaciones que el viento y el mar nos enviará, entender la dinámica de la vela, como también físicamente menos exigente que una deriva más rápida. En este caso no hay necesidad de trajes de neopreno, zapatos, encerados carisimos. Es nuestro primer curso, nos estamos acercando a este maravilloso mundo, pero tenemos que darnos el tiempo para averiguar si la pasión nos abruma realmente. Así que no debemos tirar el dinero por la ventana. Pantalones cortos, zapatillas de deporte o para estar en el barco que cuesten poco, gorra, gafas de sol, camiseta, un suéter, una chaqueta impermeable y ya está. Luego, con el tiempo, si se continúa, tendremos modo de conocer mejor nuestras necesidades y ajustar la ropa.
En resumen, aprender a navegar a 50 años y tal vez incluso hasta màs, no solo se puede realizar, sino que tambièn es muy recomendable. Quizás se estè en una edad en el que el instinto està un poco contaminado por la razòn y por los muchos razonamientos. Tal vez, o màs bien definitivamente, debemos tener la desdicha moral que deriva del ver un niño de seis años trasluchar con Optimismo como si paseara mientras nosotros nos preguntamos otra vez de cual dirección viene el viento, pero …
Pero entonces sucede, en tan sólo unos días, Que el viento lo comenzamos a sentir realmente. Sucede que nuestra cabeza se pone màs clara porqué las preguntas se vuelven pensamientos màs simples, come el estado del cielo y del mar, el olor de la lluvia que llega y la temperatura del aire que se nos advierte que algo està cambiando. Y así, si algun vez tuvimos la oportunidad de leer Claude Izzò, por fin podremos entender lo que quería decir cuando afirmò que «frente al mar la felicidad es una idea simple».
