Un tiempo para abordar sobre embarcaciones de otros, era necesario tener una tripulaciòn numerosa, despiadada y con experiencia en mar. Hoy en día los tiempos han cambiado, pero todavía es posible ser atacado por quien está ocupando su propio bote inflable … Por una embriaguez.
https://www.youtube.com/watch?=6&v=jngnLZf2CFQ
La increíble historia es reportada en un video re-lanzado por varios sitios internacionales, incluyendo Corriere della Sera y el Daily Mail.
Una cálida mañana en Formentera, allì donde el aburrimiento no existe (al menos en verano), reserva una curiosa sorpresa para algunos turistas de una playa: un hombre ocupa ilegalmente una embarcaciòn perteneciente al personal de la playa.
Los salvavidas vienen inmediatamente advertidos, entre la incredulidad general. El «pirata», probablemente inconsciente por los efectos de la embriaguez, es un hombre de identidad y nacionalidad desconocida, el cual se encontraba durmiendo como un niño, ignorando los gritos a su alrededor.
¿Cómo moverlo? Imposible arrojarlo al mar, como se haría con los peces. Por una cuestiòn física, más que estrictamente ética. La única manera es despertarlo y hacerle notar que, amigo, hiciste una buena noche pero el lugar para dormir es otro.
El método escogido por los salvavidas es poco ortodoxo pero efectivo a la hora de hacer pasar una resaca: dos cubos de agua, imaginamos bien fria y no muy agradable, siendo agua de mar. Ahora, si suman los elementos, embriaguez, despertar con cubos de agua y lugar desconocido sólo hay un resultado posible: un enojo enorme, aunque si a equivocarse fue el “pirata” pero juzgando por las imágenes, no debería tener mucha lucidez en ese momento.
El turistas de hecho la coge con los dos miembros del personal y se echa al agua con una inmersión digamos torpe pero con el valor de los que no tiene miedo de beber (incluso) un poco de agua.
La pelea no dura mucho y entre la consternación de los presentes, los ánimos se aplacan. Peligro controlado, no se sabe para el inflable, el turista o los salvavidas. Ciertamente un despertar traumático un poco para todos, quièn con un cubo de agua y quièn con el pez más grande y poco rentable jamás visto a bordo.
En fondo en Formentera se va para divertirse y no solo, en las calientes noches españolas.