Prueba Moody 54 DS. El extraño caso del doctor Jekyll y del señor Hyde

Moody 54 DS , bajo el smoking un casco firmado Judel/Vrolijk

Hay embarcaciones que aún hoy logran asombrar, condensar características aparentemente irreconciliables entre sí. Este es definitivamente el caso del Moody 54 DS, que probamos en un hermoso día de viento promedio en Cala Galera.

El 54 DS puede parecer, a primera vista, un lujoso blue water cruiser que, como la mayoría de los barcos así definido, hace un poco de esfuerzo en la navegación a vela, pero, como leeràn a continuación, no es así.

Este velero es simplemente un yate en el que la ingeniería de Moody Boats ha logrado que los espacios y las performances coexistan, el lujo y la practicidad, la artesanía de calidad y la alta tecnología.

El resultado de tal esfuerzo de diseño resulta en un barco que logra interpretar, como ningún otro, el concepto de crucero.

Sí, porque el Moody 54 DS es un barco único en su género y a juzgar por el número de barcos vendidos hasta la fecha (muchos) y los precios (muy altos) de los pocos usados que se encuentran en la red, sin duda podemos decir que ha sido un gran exito

Único, porque es un verdadero Deck Saloon, con un living donde el mar siempre es visible. Único, porque es probablemente el único monocasco que puede presumir de una bañera (enorme) desarrollada en un ùnico nivel junto con el salón y cuando la puerta de cristal que los separa està abierta, crea un entorno que por el espacio, la comodidad y el equipo es simplemente sin igual.

Único, también porque debajo de este vestido de noche, hay un casco diseñado por el estudio Judel/Vrolijk que, como mucha gente sabe, simplemente no puede hacer que un velero vaya lento.

La prueba en mar del Moody 54 DS

El plan de la vela del Moody 54 DS es simple y el contenido, la vela mayor es enrrollable, triradial los listones verticales, y mide 81.50 metros cuadrados, el foque es auto-giratorio, con la máxima facilidad de uso, y mide 65 m. Opcionalmente un 135% de génova y un gennaker / código 0 que pueden ser amurallados en el puntero de proa, diseñados específicamente para este propósito.

Mediante el análisis de estos datos y asociándolos con 24 toneladas de peso de la embarcación, no nos deberìamos esperar mucho del funcionamiento de las velas en navegación y en vez, apenas damos lienzo, 54 DS se detiene con el papel del Dr. Jekyll y se convierte en un exuberante Mr. Hyde.

Hay 15 nudos de viento real, el mar no es muy áspero/casi tranquilo y no percibimos ningún tipo de inestabilidad mientras nos inclinamos para alcanzar los fatídicos 30 grados de aparente. Tan pronto como los hilos del foque alcanzan la marca, el bote escora, comienza a aumentar la velocidad y acelera hasta tocar los 7 nudos. Es una extraña sensación la que se siente al ver este barco que a pesar de la superestructura que se adjunta, escora el justo logrando estrechar una bolina digna de ese nombre.

Arribo, la velocidad aumenta rápidamente. ¡A 60 grados, mientras que la escora disminuye, tocamos los 9 nudos! Velocidad con la que el bote se sostiene hasta el espejo de popa, navegando rápido y manteniendo una comodidad sin igual.

Aumentando aún más el ángulo la velocidad disminuye ligeramente, el Moody 54 DS continúa funcionando como un tren, siempre en la línea de 8 nudos.

A este punto, teniendo en cuenta el concepto de diseño de este yate, quiero intentar conducir solo. La tripulación se coloca fácilmente en una bañera que está completamente protegida del viento y la interperie, y yo me ​​disfruto la navegaciòn en solitario desde los puestos de mando elevados y posicionados en la popa.

En cada una de las dos columnas están todos los controles eléctricos necesarios para la navegación. Empiezo a orzar y con una simple presión de los botones, cazo la vela mayor y el foque cuanto basta. El bote comienza a acelerar y yo timono cómodamente apoyado en los soportes lumbares de las sesiones. Lo que es seguro es que con el barco plano la vista hacia adelante, especialmente para aquellos que no son demasiado altos como yo, no es la mejor, simplemente basta azomarse un poco hacia los canales delanteros que la vista es más que suficiente. Luego, cuando el barco comienza a escorar, la visibilidad hacia la proa aumenta y ya ni le tomas màs atenciòn.

Voy en ceñida nuevamente, no hay problema, desde las estaciones administro todas las maniobras. Viro y, por supuesto, no necesito hacer nada porque el foque autovirante se reposiciona en las nuevas amuras ya en seño. Realizada la transición de la timonera de sotavento a barlovento, sin insertar el piloto automático, el Moody continúa su ruta sin indicio de ir a orzar.

Pruebo a arribar, debiendo lascar, inserto el piloto automático y empiezo a dejar ceder la escota de la vela mayor y el foque, los ajusto desde el canal delantero en manera tal de tener una visibilidad del grátil de las velas.

Con las velas de nuevo en muestra, siempre solo en la conducciòn, disfruto de una amplia ceñida, de vuelta a los 9 nudos, mientras que el resto de la tripulación se encuentra en la bañera, que como si estuvieran en la sala de su casa, conversan y controlan el correo electrónico desde el teléfono móvil.

Y, en este momento, es que tomo la verdadera esencia de este barco.

El rendimiento del Moody 54 DS

Condiciones de prueba: 7 personas a bordo – 70% de gasóleo, 30% de agua – 15 a 17 nudos de viento – mar en calma.

Con la premisa de que el casco del barco estaba definitivamente sucio, a continuaciòn el rendimiento detectado. El rendimiento del motor no se pudo detectar porque la hélice estaba tan sucia que no permitía una prueba confiable incluso si, dado el motor de 150 caballos de fuerza y ​​después de escuchar al comandante, la velocidad de crucero sería de 9 nudos al máximo 10.

El casco tiene formas modernas con lados altos y verticales. Los grandes volúmenes le permiten tener tanques que garantizan una buena autonomía: 800 litros de agua y 520 de diesel, que pueden aumentar a 920.

En cuanto a la quilla, hay dos calados a disposiciòn: 2.65 o 2.25 metros.

Estándar el propulsor de proa retráctil de 24 voltios, fundamental con toda la superficie expuesta al viento de este barco, y opcionalmente los propulsores de maniobra de popa.

Cubierta

Lo que llama la atención de inmediato es la protección total que tiene tanto en la cabina de pilotaje como moviéndote en cubierta. La primera está empotrada en la popa, tiene una paramare muy alta y la gran cubierta de la caseta que actúa como un «escudo» para el viento y el mar.

El top rígida que se extiende en la cabina de pilotaje tiene una parte en tela que se puede abrir manualmente. El puente con sus baluartes altos y barandas sólidas proporciona protección a aquellos que se mueven fuera de la cabina del piloto y a los que maniobran en la proa.

Los canales delanteros están protegidos tanto por la paramare como por los pasamanos a ambos lados de la pasarela. En la proa hay un sòlido puntero de ancla doble y la escotilla de la gran calavela, cuya abertura es amplia y cómoda.

Confortable la organización de la mesa y los sofás, el entorno es asimétrico y deja un bonito pasillo para acceder al interior. Debajo del banco de la derecha hay una taquilla enorme, provista de una escalera, en la que uno puede entrar.

A los lados de los dos grandes cabrestantes eléctricos hay dos compartimentos prácticos para recoger los cabos. Dentro del de estribor están los controles de respaldo del sistema Electronic Bus.

Detrás de las dos timones, cada uno está equipado con todas las herramientas necesarias para la navegación y el completo govierno del barco, asientos muy cómodos, que pueden acomodar a dos personas, cuyo respaldo es reversible y se convierte en un soporte lumbar cuando conducimos de piè el barco.

La popa está equipada con un «garaje de tamaño mediano» que se abre eléctricamente, la escotilla del pico grande también actúa como una plataforma para el acceso al mar. Un tender de tamaño mediano encontrará una posición transversal en la taquilla antes mencionada, que también se puede alcanzar a travès de una escotilla situada en el pavimento de la cabina de pilotaje.

Interior

La calidad de la construcción y el lujo son tangibles en todos los detalles a bordo del Moody 54 DS, solo piensa que se puede elegir entre cuatro diferentes tipos de madera para el interior, ocho opciones diferentes para la teca, docenas de diferentes tejidos para exteriores e interiores.

La amplia posibilidad de elección lleva a la posibilidad de comprar un barco completamente personalizado para satisfacer su gusto.

Cuatro diseños interiores: tres o cuatro cabinas. La iluminación del salòn es espléndida gracias a las enormes ventanas (con Trend Tempered Glass de alta seguridad). A lo largo de casi 5 metros, es un entorno muy habitable que ademàs se azoma a la bañera.

La versión tradicional presenta una gran cocina en forma de U bien organizada. La mesa de cartas, como debe ser en un verdadero deck saloon, prevé también la posición de comando interno, perfecto en caso de mal tiempo y frío. La vista exterior desde aquí es perfecta. Espacio discreto donde instalar componentes electrónicos y buena la idea de obtener un compartimento específico para cartas náuticas.

En el pavimento delante de la cocina, se accede a una verdadera sala de máquinas (entras con una escalera) que se aprovecha de su abundante espacio bajo el salòn. El motor y los sistemas están bien accesibles y concentrados en el medio del velero. Muy buena insonorización, en el mar el ruido es mínimo.

Desde la deck house dos escaleras que conducen a las áreas de descanso, en la proa està posicionada la cabina principal con su propio cuarto de baño y otras dos cabinas dobles (una matrimonial y una con camas individuales) con baño compartido; hacia la popa una cuarta cabina con dos camas. No faltan armarios, cajones y casilleros debajo de las camas, la estiba no es un problema. Las alturas que siempre tocan los 2 metros son excelentes en todas partes (solo en la cabina de popa mide 177 cm).

Hoja técnica

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