Pueblos con vista al mar, antiguos pueblos de pescadores
Parecen lugares suspendidos en el tiempo o que salieron fuera de los cuentos de hadas, son tan surrealistas, en cambio, realmente existen y emergen del mar en toda su particularidad arquitectónica. Estamos hablando de pueblos de pescadores, pequeñas ciudades portuarias con un alma vintage, encantadores pueblos de pescadores que mantienen sus tradiciones intactas gracias a la lealtad de los residentes que continúan la pesca, principal actividad de producción, y reciben a miles de turistas curiosos sobre lugares pintoresco como este cada año. . Por lo tanto, el turismo es la otra fuente importante de ingresos para los pueblos costeros. Hemos elegido cinco repartidos por todo el mundo: haga usted su clasificación personal.
Mentone (Francia)
Los vagones que desfilan en febrero llevando cargas de cítricos y que dan vida al festival del limón no son el único pretexto para visitar la encantadora ciudad de la Riviera francesa, a pocos kilómetros del Principado de Mónaco y la frontera italiana. Mentone, de hecho, también es famoso por sus jardines tropicales (incluyendo Serre de la Madone, Val Rameh, Biovès, Fontana Rosa y Maria Serena) y el centro medieval, corazón palpitante del pueblo.
Desde 2011, Mentone ha sido apodada «la ciudad de Cocteau», un poeta y dramaturgo francés. A lo largo de la costa, de hecho, se encuentra el Museo Jean-Cocteau – Colección Séverin Wunderman, contextualizado dentro de un edificio futurista, obra del arquitecto de renombre internacional Rudy Ricciotti. La visión general que se abre en Mentone para aquellos que llegan navegando por mar en el Golfe de la Paix es un espectáculo de colores: los antiguos edificios de Mentone se encuentran entre los más fotografiados en Provenza.
Å (Norvegia)
Sí, lo has leído bien: este pueblo costero que se encuentra en las islas Lofoten, en el medio del Mar del Norte, se llama igual que la primera letra del alfabeto, Å (más el punto que indica el sonido intermedio típico de los idiomas hablados en las naciones Escandinavas), y es el país con el nombre más corto del mundo. Habitado por cerca 150 personas, Å está inmerso en un entorno natural extraordinario, rodeado de montañas nevadas con vistas a las aguas heladas y constuido de una serie de casas de madera, la mayor parte de ellas rojas.
Como es fácil de entender, en este archipiélago en los confines del planeta el clima es rígido durante todo el año, pero esto no desalienta a los turistas que, durante los cruceros entre los maravillosos fiordos noruegos, pusieron también en la agenda un blitz en Å, que en idioma nórdico significa «pequeño río». Las islas Lofoten, de hecho, están atravesadas por numerosos arroyos y lagos. El Museo Lofoten Stockfish, dedicado a la pesca del estorione, es muy interesante..
Chora (Grecia)
La polis griega de Chora se encuentra en el archipiélago de las Cícladas y, entre las ciudades costeras del mar Egeo, es sin duda una de las más características por la sinuosa disposición de las casas, blancas como la leche, que se aferran a un promontorio que domina la isla. de Ios. Aquí la manchia mediterráneo ofrece lo mejor de sí misma, entre playas doradas (Mylopotas, Manganari o Agia Theodoti) y caletas de ensueño.
En cuanto a la vida nocturna, Chora no tiene nada que envidiar a los inflacionadas Mykonos y Santorini, pueblos costeros de resonancia mundial: hay casi más locales nocturnos y discotecas que casas, teniendo en cuenta que la población nativa no supera los dos mil habitantes. Chora tiene un puerto acogedor, donde atracan yates y veleros todos los días. La iglesia de la Virgen María Gremiotissa, símbolo de la ciudad, se encuentra en el punto más alto de la colina y es claramente visible por mar con su cúpula azul, en puro estilo helénico, un campanario y una palmera al lado. Detrás de la colina, emergen doce molinos de viento, que completan la maravillosa postal de Chora.
Portree (Escocia)
En la apacible isla de Skye, escondida en una bahía protegida del viento y rodeada de vegetación salvaje, se conserva el pueblo costero de Portree, una joya de las Highlands. Sus coloridas casas con vista a Loch Portree, uno de los tantos lagos que costèan el norte de Escocia, forman una paleta con tonos brillantes, que se reflejan en las aguas planas. Los barcos de pescadores están amarrados en el muelle, el símbolo de un pueblo que hace de la pesca su máximo recurso.
Portree, sin embargo, no es solo un pueblo de pescadores, también es un centro cultural muy animado. Entre las atracciones más importantes se encuentra el Centro Aros, que ilustra el pasado gaélico de la isla de Skye. La ciudad también alberga numerosos eventos como el maratón Portree Show y los Juegos Skye Highland, competiciones espectaculares de atletismo con una tradición centenaria. Aquellos que quieran ver un espectáculo de la naturaleza pueden admirar delfines y águilas marinas en el lago de Loch Portree.
Procida (Italia) también se encuentra entre los pueblos más encantadores.
Nuestra top five de los pueblos costeros más bellos del mundo termina con un pueblo italiano, Procida, accesible en menos de una hora a bordo de un aliscafo para aquellos que navegan desde Nápoles con líneas turísticas. La isla Procida pertenece al archipiélago de Flegrean y es famosa en todo el mundo por haber sido el escenario de muchas películas cinematográficas, entre ellas Il Postino, dirigida en 1994 por Massimo Troisi y Michael Radford, protagonizada por una sensual Maria Grazia Cucinotta. Las escenas más cult se giraròn en Marina di Corricella, antiguo distrito de Procida, dominado por el Santuario de Santa Maria delle Grazie Incoronata.
Subiendo al promontorio fortificado de Terra Murata, es posible disfrutar de una espléndida vista panorámica de Marina di Corricella, con sus casas de color pastel, en la encenada bañada por aguas cristalinas. Todos los días, los pescadores anclan sus barcos de madera frente al puerto deportivo o en la playa en el muelle donde, entre restaurantes y bares dispuestos uno al lado del otro, se puede respirar el olor a pescado recién capturado que acompaña un agradable paseo por L’Isola di Arturo, título de la novela de Elsa Morante ambientada en Procida.
