El clima está cambiando, es un hecho que nos enfrenta a nuevas situaciones medioambientales más extremas: por tanto, es necesario adaptarse, con la ayuda de una tecnología que debe ser más duradera que nunca. Raymarine lo ha comprendido, y por ello ha iniciado en su centro de pruebas del Reino Unido un nuevo tipo de pruebas de sus productos: pruebas extremas que van mucho más allá de las normas clásicas.
Fuertes caídas, vibraciones prolongadas, temperaturas extremas, emisiones inalámbricas, lluvia y rocío incesantes, inmersión total y meses simulados en el mar dentro de una cámara de niebla salina: el centro de pruebas de Raymarine ofrece una gama completa de pruebas medioambientales marinas acreditadas.
Pruebas de vibración – Uno de los principales enemigos a los que hay que hacer frente es la vibración: conexiones sueltas, cables fatigados, uniones de soldadura dañadas, fallos en los equipos, son sólo algunos de los problemas que puede encontrarse debido a la oscilación constante en un rango de frecuencias.
Las pruebas de vibración en el centro de pruebas medioambientales de Raymarine van mucho más allá de las pruebas estándar. En la sala de agitación, los agitadores verticales y horizontales realizan pruebas sinusoidales y de permanencia, sometiendo los elementos a un tono sinusoidal de vibración en una amplia gama de frecuencias. Cuando se detecta una resonancia durante el barrido, los probadores permanecen en esa frecuencia durante dos horas y comprueban si hay daños por fatiga. La prueba estándar es de 5Hz-100Hz, pero Raymarine la lleva hasta 600Hz, además de realizar pruebas aleatorias de choque y vibración simulando y superando los datos reales de vibración de las embarcaciones de los clientes.
Compatibilidad electromagnética – El paso número dos tiene lugar en el área de EMC (compatibilidad electromagnética), donde se realizan las pruebas de potencia. Las interferencias de otros equipos de la embarcación pueden interrumpir el suministro eléctrico compartido; por ello, estas pruebas garantizan que los productos seguirán funcionando en los distintos rangos de tensión que puedan encontrar. Estas pruebas abarcan cuestiones como las caídas de tensión, las corrientes de irrupción y las sobretensiones.
Una vez completada esta etapa, pasamos a la cámara de inmunidad radiada, donde certificamos que los productos seguirán funcionando eficazmente cuando se expongan a un potente campo electromagnético radiado. En una cámara separada, la prueba de emisión radiada identifica la liberación no intencionada de energía electromagnética.
Del frío extremo al calor abrasador – Tanto si se trata de frío extremo como de calor abrasador, experimentado por muchos navegantes de todo el mundo, las temperaturas pueden ser el peor enemigo de nuestra embarcación.
Raymarine lleva a cabo una de las pruebas ambientales más largas y estresantes a las que somete a sus productos, que se prueban repetidamente y se sumergen durante la noche para garantizar que arrancan, se reinician y funcionan en un amplio rango de temperaturas de -25°C (-13°F) a 55°C (131°F) e incluso sobreviven a un almacenamiento no operativo a temperaturas de entre -30°C (-22°F) y 70°C (158°F).
A continuación viene otra prueba extremadamente delicada, la cámara de niebla salina, que expone los productos a una niebla salina continua durante dos horas antes de dejarlos siete días en un ambiente cálido y húmedo. Este proceso se repite cuatro veces; a continuación, se examinan los productos para comprobar que la sal y el agua no han dañado los revestimientos provocando ampollas, grietas o pérdida de color: un cuidado meticuloso.
Pruebas de resistencia al agua – Por último, los productos se someten a las pruebas IPX6 para evaluar su capacidad de resistencia al agua y/o al polvo. Una de estas pruebas requiere que los productos sean rociados continuamente con al menos 100 litros de agua por minuto desde una manguera de incendios, durante un mínimo de 30 minutos, y que la unidad siga funcionando durante y después de la prueba.
Pero esto es sólo el principio. Las pruebas IPX7 posteriores determinan la capacidad de los productos para soportar la inmersión a una profundidad definida durante un tiempo especificado, utilizando simuladores AIS para probar transceptores AIS, antenas, simuladores de estaciones base de radio DSC, simuladores GNSS, simuladores Wi-Fi y mucho más.
Raymarine es inflexible en su aceptación del reto que inevitablemente nos enfrentará a un clima cada vez más hostil y extremo en las próximas décadas: estas pruebas, estos estándares de alta calidad, son críticos, y algún día podrían marcar la diferencia entre la vida y la muerte.