El Salón Náutico de Cannes comienza de nuevo este año. Del 6 de septiembre al 11 de septiembre, yates, veleros, botes bien cuidados y pavoneados le recibirán amarrados en los distintos muelles del Vieux Port y Port Canto. Para los no iniciados o los que ya han comprado y tienen algo de tiempo libre, una visita a la zona es imprescindible. He aquí una pequeña guía de qué hacer en Cannes entre las pausas del Salón.
Rue Meynadier
A 3 minutos a pie del Salón.
Desde el siglo XVI, la «Grande Rue» o calle Maynadier es recorrida por caballos y carruajes. Hoy en día es totalmente peatonal. Le dará la bienvenida la altísima placa grabada con el nombre de la calle.
Excelente alternativa a la famosa Croisette, ofrece diversas posibilidades de compra: flores, perfumes, aceites esenciales, macarrones, trufas, calvados y anchoas del Cantábrico.
A lo largo de la calle, hay numerosas trattorias y pastelerías provenzales donde se pueden degustar tartas y saborear pastis.
Marché Forville
Está a 6 minutos a pie del Salón Náutico de Cannes.
Siguiendo por la calle Meynadier, se llega al mercado de Forville, que sorprende por su extraña estructura roja. En el interior, podrá perderse entre los colores de los puestos rebosantes de frutas y verduras, flores y plantas hábilmente dispuestas. También puede comprar pescado fresco, ostras y otros productos típicos de la Provenza.
Los lunes, el Marché Forville se transforma en un curioso marché du brocante donde se pueden encontrar muebles y baratijas de antaño.
Distrito de Suquet
A 8 minutos a pie del salón.
La colina del Suquet, el barrio más antiguo de la ciudad, es totalmente peatonal y puede visitarse siguiendo las pequeñas y sinuosas calles que ascienden hasta el antiguo castillo de Castre, actual Museo de la Castre, que expone, entre otras obras, cuadros de artistas provenzales postimpresionistas. El símbolo del castillo medieval es la torre cuadrada, que no debe confundirse con la más famosa Tour du Masque, situada unos cientos de metros más abajo. El nombre «du Masque» hace referencia a la leyenda de que un hombre, posiblemente el hermano gemelo del rey Luis XIV, fue encarcelado aquí con su rostro oculto por una máscara de hierro. El hombre, más bien un simple prisionero, murió entre los muros de la torre tras años de penurias y sin que nadie supiera quién era. Parece que su fantasma, con máscara incluida, sigue rondando por la torre.
Justo después del Museo de la Castra se encuentra la iglesia gótica de Notre Dame de l’Esperance. La construcción de la iglesia duró más de un siglo, de 1521 a 1641, y no fue consagrada hasta 1645 para la fiesta de la Anunciación. En su interior se pueden admirar las estatuas de madera de Santa Ana y de Nuestra Señora de la Esperanza, esta última adorada por los pescadores del pueblo por sus propiedades taumatúrgicas.
Iles de Lerins Sainte Marguerite y Saint Honorat
Accesible desde el salón a pie en 6 minutos (Embarcadère Ile Sainte Marguerite).
Ferry cada hora. Duración: 15 minutos.
La isla de Sainte Marguerite y la isla de Saint Honorat forman el archipiélago de las islas Lérins. Completamente rodeados de vegetación y ricos en senderos naturales, representan la otra escoria de Cannes. Aquí es posible olvidarse del ambiente brillante y reluciente de la costa respirando el aire salubre entre los pinos carrascos y las encinas o sumergiéndose en las aguas cristalinas de las numerosas bahías.
En Sainte Marguerite, podrá detenerse a admirar el estanque de Bateguier, el antiguo Fort Royale del que escapó el hombre de la máscara de hierro, que posteriormente fue capturado y encerrado en la Tour du Masque, y visitar el Musée de la Mer .
La isla de Saint Honorat, en cambio, es una isla privada que pertenece a los monjes de la abadía de Lerin. Podrá caminar por senderos inmersos en el bosque y bordeados por pequeños arroyos y llegar a los cinco monumentos que salpican la isla: la torre del monasterio, la capilla de Saint Sauveur, la capilla de la Trinidad y dos hornos de cañón de la época napoleónica.
Cannes también será capaz de sorprenderle y entretenerle.
