Probablemente uno de los estrenos mundiales más esperados en el Cannes Yachting Festival, la última creaciòn del astillero Aquileia no traiciona las expectativas. El Solaris 68, un barco firmado nuevamente por el diseñador Javier Soto Acebal, es simplemente maravilloso. Un adverbio que no usamos de casualidad, ya que el complejo trabajo de diseño y construcciòn, permitiò realizar un barco elegante y con líneas impecables, con una cubierta en la que cada maniobra desaparece y todo el equipo se manifiesta en un perfecto juego armónico .
Visitamos el Solaris 68 esta mañana antes de la avalancha de visitantes, capturando así una mirada de la majestuosidad de la gran cubierta y libre de cualquier obstrucción. Una excelente calidad para aquellos que a bordo buscan espacios para la relajación, tanto para una tripulaciòn que debe maniobrar en la bañera. Una bañera idealmente devidida en dos: el área dedicada a las maniobras, desde el espejo de popa hasta los paramare en el que se alojan los dos tornos, y la zona sucesiva, que configura un espacio amueblado con una mesa central y los sofás laterales para los huéspedes .
El Solaris Yachts 68 es un barco de alta mar para las travesías de largo alcance, construido de acuerdo con los criterios de un astillero que ha hecho de la rubutez de los barcos una marca de fàbrica: casco en fibra de vidrio y un buen uso de la fibra de carbono para el màstil, la cubierta y aparejo. El resultado es un barco con una eslora total de 20,80 metros, se desplaza poco menos de 29 mil kilos de los cuales más de 10.000 kilos en la quilla.
Como en la tradición del astillero, el nuevo 68 pies también es altamente personalizable de acuerdo a las necesidades del cliente. En este caso, el propietario ha decidido renunciar al garaje programado con una abertura en el espejo de popa, el mantenimiento de un gran espacio destinado a un casillero entre las dos ruedas del timòn. Siempre en correspondencia de las dos ruedas, hay otras dos habitaciones que contienen cada una una balsa salvavidas.
Otro elemento de personalización es la presencia de una sola pala en lugar de las dos que el astillero ha previsto. La cubierta, como dijimos, es completamente libre de maniobras que desaparecen desde la base del màstil hasta debajo de la superficie de la teca. Compiten para dar esta sensación de limpieza extrema de la superficie, incluso los ojos de buey son a filo.
La superficie de la vela mide 264 metros cuadrados con velas blancas. Se adicionan, un caballete izable sobre un babystay en correspondencia fueron aplicados dos obenques volantes no estructurales.
De gran prestigio el interior que hace del espacio y la elegancia los dos motivos dominantes. Esto es gracias a un conjunto de factores. En primer lugar, la elección de los materiales, a partir de una nuez preciosa trabajada con la habilidad artesanal italiana, capaz de lograr con madera venatre natural, un juego de líneas de una armonía absoluta. Así como la cantidad de luz natural disponible y la disposición del espacio. Tres camarotes, de los cuales la armadorial muy grande tallada en la proa con su propio baño, y dos en la popa incluso con su baño privado.
Un gran cuadrado con dos sofás a los lados, una gran mesa de comedor, y una cocina colocada hacia la proa muy funcional y bien equipada, completan todo el espacio interior. Aquì se suma a extrema proa la cabina del marinero.
Un elemento de gran interés es el piso elevado sobre el que se ubica el cuadrado. Una solución, que aunque si requiere la presencia de escalones para acceder a las zonas nocturnas de popa y proa, tiene una doble motivación. La primera es de carácter técnico: debajo del polipasto se creó el espacio para concentrar en la parte de abajo y centro del barco todas las plantas, el motor con eje, el generador y los tanques. La otra motivación es más estética, ya que el piso más alto ofrece una excepcional visibilidad al aire libre.