El barco finlandés Viking Grace, a su pesar, protagonista de un accidente entre las islas Aland
¿Pueden las ráfagas de viento a 40 nudos arrastrar casi 60.000 toneladas a voluntad? Sí, sucedió en las heladas aguas finlandesas.
El protagonista de este espectacular accidente, afortunadamente sin muertos ni heridos, es Viking Grace, buque insignia de la empresa de transporte Viking Line, famoso por ser el buque de pasajeros más grande del Mar Báltico, así como el primero del mundo en utilizar velas de rotor, tecnología que aprovecha la energía eólica y reduce significativamente el uso de gas GNL, el combustible utilizado por el ferry finlandés durante las distintas rutas desde Turku, Finlandia, hasta la capital sueca, Estocolmo.
La ruta del fin de semana pasado fue nada menos que atrevida. Viking Grace estaba maniobrando dentro de un pequeño fiordo del archipiélago de las Islas Aland, cuando de repente unas corrientes de aire muy violentas hicieron que el capitán perdiera el control del barco, que no pudo evitar el movimiento brusco del barco. la mitad, empujada inexorablemente contra las rocas por un incesante mistral.
A bordo de la Gracia de Viking no hubo heridos, pero mucho miedo
El video, filmado en vivo por un testigo en el lugar y subido a YouTube, da una muy buena idea: las imágenes son muy cercanas y claras y por lo tanto nos permiten comprender cuán fuerte e insistente era el viento, tanto como para dejar absolutamente indefenso a un gigante flotante. como el renombrado Viking Grace. Una película que inmediatamente hizo las rondas de la web, muy clicada por los usuarios.
Al final de su «recorrido», tras el desastroso impacto contra las rocas, el transbordador se fue depositando progresivamente en aguas poco profundas a lo largo de la orilla del fiordo, donde intervino puntualmente la Guardia Costera. La posición de «aterrizaje» del barco y el mal tiempo complicaron las operaciones de descalce, que duraron varias horas. Luego vino el equipo de buzos, encargado de verificar el daño en el casco, daño a primera vista enorme pero no del todo irremediable.
Al día siguiente, aunque a una velocidad muy lenta, Viking Grace reanudó la navegación para completar su crucero y ser llevada al astillero para realizar las reparaciones necesarias. La buena noticia es que ninguno de los más de 300 pasajeros, incluida la tripulación, resultó herido o magullado. En resumen, un gran susto pero sin consecuencias trágicas. Y la esperanza de que la intrépida vikinga Grace, apodada «la reina del Mar Báltico», vuelva pronto para navegar por las aguas nórdicas. Si el viento lo permite